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La fortaleza de Misiones

Esta semana se conocieron datos que confirman la vigencia de uno de los baluartes del modelo económico misionero: el empleo. Tanto en el ámbito privado y particularmente en el de la construcción, indicativo del nivel de actividad económica, la provincia se ubicó en lo más alto del ranking nacional.

En el mismo sentido, podemos señalar el anuncio de millonarias inversiones en el sector foresto industrial, así como los viajes emprendidos por integrantes del gobierno provincial a China y Estados Unidos con el objetivo de aumentar exportaciones, incorporar nuevos mercados para la producción misionera y generar inversiones en la tierra colorada. El propósito último de esta serie de acciones es propiciar el crecimiento económico, el aumento del producto bruto geográfico y la calidad del empleo.

Los ejes que permitieron a Misiones surfear la crisis nacional se encuentran en la priorización de las economías regionales, el comercio, el turismo, la construcción con infraestructura, los servicios y las condiciones generadas para el desarrollo empresario. Los mismos actores económicos subrayan y destacan los aspectos positivos del modelo misionero: certezas, equilibrio y el trabajo conjunto entre Estado y privados para fortalecer la producción, aumentar las exportaciones, el comercio, generar riqueza y empleo.

Es más, la sociedad en su conjunto avala y valora el esquema descripto, como ha quedado plenamente demostrado en las pasadas elecciones del 7 de mayo, donde otras propuestas cuyo único plan es trasladar al plano local los efectos nocivos que encierra la grieta en el ámbito nacional han sido ampliamente derrotadas.

Las campañas electorales llevadas adelante por espacios opositores no abordaron la defensa de los intereses misioneros y pusieron como eje proselitista a discusiones que poco tienen que ver con la realidad de la provincia. Esta lejanía con el ciudadano misionero fue la que primó en el electorado al analizar las distintas ofertas durante el acto eleccionario. Las lealtades están configuradas hacia sus jefes fuera de la provincia, como quedó de manifiesto en aquella oportunidad que Arjol, Schiavoni y Klipauka votaron en contra de la Zona Aduanera Especial para Misiones.

De cara a las PASO

Del grueso de números circulantes en la última semana se puede dilucidar un aumento en la abstención para las próximas elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO). Principalmente en sectores que han votado o pensaban votar a Juntos por el Cambio. La razón central es que no le hacen honor a su marca electoral: su propuesta no es de cambio, ya que ofrecen recetas que han fracasado reiteradamente a lo largo de la historia argentina y tampoco están juntos, cuestión que se refleja en la intensa interna a cielo abierto protagonizada por los sectores más duros contra los moderados.

En realidad, la categorización precedente funge únicamente como ordenador textual, puesto que en ideas generales ambos sectores coinciden. La disputa tiene otra motivación, la de lugares en las listas.

Con el paso del tiempo las propuestas tanto de JxCcomo las de Javier Milei, ilusionista que habita únicamente en sets televisivos, van quedando claras para el ciudadano de a pie: más ajuste del gasto público y una política cambiaria (sea la liberación del tipo de cambio sin contar con reservas o el disparate de la dolarización) que generaría más inflación y pulverizaría salarios.

El ardid discursivo utilizado para instalar en la agenda pública la “bondad” de reducir la inversión pública es que simplemente afectaría a lo que llaman clase o casta política. Lo que se oculta es que impactaría brutalmente en salarios estatales de todo tipo (administrativos, docentes, personal de salud, fuerzas de seguridad, etc.), al igual que una poda en las jubilaciones. Y en lo relativo a las provincias, otro ítem que no mencionan los candidatos mediáticos, reducir el papel del Estado al de un mero espectador redundaría en eliminaciones de transferencias, quita de subsidios y obra pública. Dicho en otras palabras: transporte, energía y combustible mucho más caro.

Las ilusiones se desvanecen, el humo se disipa, a lo sucedido el 7 de mayo se suman las encuestas que señalan la posiblerepetición de los guarismos en las legislativas nacionales. La problemática de Juntos por el Cambio Misiones es la misma de las elecciones provinciales: divisiones, disputas de poder, enojos, portazos. Lo del hermano de Karina Milei es fulminante: no consigue candidatos que tengan un mínimo de conocimiento, hasta el momento, la lista de precandidatos a diputados y senadores está en blanco.

El misionerismo vive un presente totalmente distinto: con su gestión revalidada nuevamente en las urnas, el Frente Renovador hace meses ha decidido sus candidatos. Los mismos poseen trayectoria y se encuentran en actividad, gestionan día a día. El Vicegobernador Carlos Arce y la diputada provincial Sonia Rojas Decut son los nombres para competir por las bancas del Senado de la Nación, mientras que el concejal Daniel Vancsik y la legisladora Yamila Ruiz buscarán llegar a la Cámara de Diputados de la Nación.

La propuesta de los candidatos es conocida por todos los misioneros: desde una visión de innovación federal se buscará defender el interés de Misiones en el Congreso de la Nación.

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Generación de cristal: las fragilidades y frustraciones de los adultos nuevos y por qué inquieta al mercado laboral

María Julia Oliván dijo que hay una generación a la que se le muere el gato y deja de trabajar. Su dicho fue primero título, después polémica: difundido, replicado, maximizado, viralizado, importado, malinterpretado, trending topic, meme. La periodista instauró un debate sin pretenderlo: ignoraba la penetración y virulencia que alcanzó su testimonio. Comentó, en el desenvolvimiento de una entrevista, un acontecimiento real, de importancia relativa. El ejemplo procuró retratar su incredulidad. “Es muy difícil convocar el interés de talentos jóvenes”, lamentó. Había sembrado una controversia pública: la generación de cristal y su inmersión en el mundo adulto, en el mercado laboral. Una frase que detonó, que concibe preguntas y que obliga adentrarse en las capas de complejidad de un nuevo arquetipo joven y social, desmenuzarlo, estudiarlo y razonar sus modos, sus porqués.

Oliván contó que publicó una oferta de trabajo con una descripción excluyente: que no sea o no se autoperciba integrante de la generación de cristal. La muerte de un gato como argumento para faltar al trabajo fue un caso de referencia: sirve para ilustrar el fenómeno. No lo hizo pero pudo haber reparado en la vez en que una potencial incorporación a Border, el medio periodístico que dirige, se ausentó de una entrevista laboral sin avisarle con anticipación y sin contestarle los mensajes. La razón que la joven finalmente esgrimió fueron dolores menstruales. No lo hizo pero pudo haber reparado, también, en un pedido de vacaciones de un redactor con tres semanas de antigüedad laboral que adujo, en la solicitud, problemas personales. Ella imaginó un inconveniente de salud, una emergencia financiera. El motivo fue, al final, una pelea con su novia.

Su cuestionamiento atañe al sentido de responsabilidad y compromiso, al respeto por el trabajo y las oportunidades. Analiza las fragilidades de una población que -dice- no es capaz de atravesar las frustraciones garantizando la sostenibilidad de otros compromisos: una situación de trascendencia ambigua que desbalancea la agenda. Reprueba, asimismo, las afirmaciones de un discurso dominante que es permeable al componente emocional: “Parece que está bien, que está permitido que sea el desánimo y el abatimiento lo que te movilice”. Habla de debilidades, de una poca musculatura de la resiliencia. Y critica cierta benevolencia: piensa que estos jóvenes adultos gozan de impunidad dado que representan la porción más grande de la torta de votantes y consumidores.

Claudio Cerini comulga con las ideas de María Julia Oliván. Es dueño de siete peluquerías, dos perfumerías y un club de caballeros. Tiene 700 personas trabajando a su cargo. Prepara la apertura de un nuevo local. En la convocatoria, impartió que el único requisito es tener “ganas de trabajar”. Reconoce que fue un comentario cargado de sorna que ironiza sobre la concepción de un nuevo paradigma social, de un nuevo orden laboral. Ensaya un diagnóstico: “Los motivos por los que la gente se ausenta al trabajo se han ampliado por razones que han existido siempre y que hoy están más expuestas: ataques de pánico, estrés, días femeninos”.

Asegura, en base a su experiencia, que subió el índice de incumplimiento horario y que las razones de renuncias se diversificaron: desde viajes hasta reconfiguraciones en los modos de vida. Rescata de su memoria una primera anécdota: un empleado que le avisó “no voy a ir porque se me quedó el auto”. Él -compara- hubiese resuelto el inconveniente sin prescindir del deber laboral. Se rebaten, en el contraste de sus reacciones, disidencias en la adaptabilidad a la adversidad y al valor de los compromisos asumidos. Cuenta que las justificaciones que evocan “problemas personales” ya no se circunscriben a enfermedades, muertes de familiares o situaciones económicas: la figura de “hechos de fuerza mayor” se ha reproducido. Entabla una teoría sobre la búsqueda de la felicidad. “Las nuevas generaciones pusieron al disfrute y el goce a la par de las responsabilidades y el compromiso”.

Considera que combatir contra este nuevo convenio sociolaboral es una batalla perdida. Condescendiente, redujo las horas de trabajo porque interpreta que la vida doméstica se convirtió en un bien preciado. Cree que la gente disfruta más su tiempo libre y distingue cierto desánimo en el espíritu de vocación. “La pasión se ha perdido un poco. Ese fuego sagrado ya no está. O estará en otro lado”, identifica. Vislumbra un desmoronamiento de la cultura del trabajo, un culto -antes sagrado- atravesado ahora por un sinfín de situaciones que lo alteran, lo debilitan, lo relativizan.

Olivan y Cerini son empresarios, hijos de otra generación, criados por otra generación. Comparten una mirada que se extiende en el espectro de preocupaciones de los emprendedores. Hablan de la generación de cristal como un componente inquietante. El término lo acuñó la filósofa española Montserrat Nebrera en 2015: es una figura metafórica que reduce las características de una población joven -nacida entre 1995 y la primera década del siglo XXI- a la fragilidad emocional, la gestión de los sentimientos, la susceptibilidad en ebullición, la sobreprotección de su crianza y la poca tolerancia a las frustraciones.

No es un término homologado por los órganos académicos. Si bien hay escuelas sociológicas que lo adoptaron, según presumió su creadora, no se trata de un concepto teórico o técnico universalizado. Los psicólogos, psicoanalistas y sociólogos rechazan suscribir esta distinción pero reconocen su integración al vocabulario común. “Reconozco que se impone, quizás para hablar de algo que sí se nota hoy en día, que es un cambio en los modos de subjetivación. No creo que se pueda generalizar de una generación de tal estilo, o atribuirle una serie de propiedades a una generación. Sí considero que hay un cambio en el modo sociohistórico de subjetivación y ese cambio se refleja en modificaciones psicológicas, por supuesto”, entiende Luciano Lutereau, psicoanalista y doctor en filosofía.

“No hay un consenso general de que exista como grupo de características determinadas. Es bastante común que se pongan etiquetas. Es una expresión estadounidense: juntar una cantidad de factores o de síntomas, hacer un cuadro clínico y después crear mágicamente el antídoto. Es tranquilizador pensarlo así pero no es ajustado a la realidad”, coincide María Teresa Calabrese, psicoanalista, psiquiatra, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), ex docente de la Universidad de Buenos Aires.

“Hay una necesidad casi del marketing y de la lógica de la investigación de mercado de caracterizar de forma apresurada a los distintos cambios sociales que se producen entre las juventudes. Un poco como una voluntad de cosificar y de encorsetar la complejidad que tiene, en las distintas sociedades, en las distintas culturas, las formas de ser joven. No existe una juventud, no existe una generación joven de cristal -define Jorge Elbaum, sociólogo y doctor en ciencias económicas-. Lo que sí es verdad, y quizá a eso hace referencia la metáfora de un cristal que puede hacerse añicos, es que en los últimos años los padres y las madres han configurado relaciones con sus respectivos hijos de cierto temor”.

Elbaum desarrolla su teoría del temor: “Hay un acuerdo en la sociología, incluso en algunas tradiciones psicológicas, de que es una generación en la que los padres le tenían miedo a sus hijos. El expertise y la experiencia que los adultos estamos acostumbrado a pasarle a nuestros hijos están resquebrajados. Es decir: los jóvenes tienen saberes específicos, sobre todo digitales, que los padres desconocen. Como esos saberes digitales están en bogas, están legitimados, tienen un valor muy importante de prestigio y de mercado, los adultos se sienten un poco ninguneados o inferiores frente a sus propios hijos”. El problema radica en el proceso de esa transferencia de conocimiento. “Entregar el testigo -el palo que se utiliza en las carreras de postas- a las nuevas generaciones es un pasaje muy cauto, muy limitado y muy inseguro por parte de los adultos. Eso reproduce inseguridad en los jóvenes, indudablemente. Y esa inseguridad es lo que hace que tenga muchas más dificultades para la frustración, tanto amorosa como la que deviene de mirarse a un espejo, donde la estética y la estilística son muy importantes”.

Elbaum patenta el conflicto de la frustración, un componente insignia, medular, representativo en este grupo de jóvenes. Una singularidad que los congrega y los define: “Estamos frente a jóvenes, básicamente, con alta dificultad para enfrentar la frustración”. No es el único que identifica este denominador común: “La intolerancia a la frustración, la falta de tolerancia, de espera, la velocidad en la respuesta, todo tiene que ser rápido, ya, ahora -enumera Calabrese-. No es solo de los jóvenes, lamentablemente. Todos estamos inmersos en la cultura de la inmediatez y en la poca tolerancia a la frustración. A persé, se dicen falsos eslóganes como ‘querer es poder’, que significa que si peleo con fuerza voy a obtener todo lo que quiero, pero no, no todo se puede: es más, la mayoría de las cosas que uno quiere no se logran, son pocas las cosas que se consiguen. Habría que revertir ese concepto: esas pocas cosas que sí se logran son muy valiosas”.

Hay una porción de responsabilidad, insinúa la psicoanalista, en el ritmo de la vida moderna, acelerado con la invasión de internet y la conquista final de las redes sociales. Es un tiempo histórico en el que todo caduca pronto, todo pasa de moda rápido, una era en la que lo efímero deviene en un malestar enraizado, en una insatisfacción permanente, en una exclusión cíclica. Calabrese refiere a una lectura transversal a la historia: “Lo que se está viendo es un deterioro en las capacidades cognitivas de las últimas generaciones”. Y le asigna al término un sentido peyorativo, casi injusto: “Son intolerantes, todo les aburre, no se entusiasman con nada. Es una demonización de la juventud que los adultos hacen muchas veces”. A ella -contrasta- la tildaban de hippie en su tiempo. “Todo parte de una incomprensión”, resume.

Elbaum, sociólogo, aborda la interacción y transmisión entre generaciones que no se entienden. “Antes, los jóvenes tenían un mandato más claro. La noción del deber ser, del superyó o de principios claros de índole ético estaban mucho más afianzados. Hoy el permanente escepticismo, duda y fragilidad, una cosa de porosidad y de debilidad líquida, hace que los chicos y las chicas tengan muy poca posibilidad de mirarse en las generaciones anteriores. Eso es un problema para ellos, no para los adultos. El gran problema para los jóvenes es que uno aprende a ser adulto mirando a otros adultos, y los adultos a los que mira no tienen nada o aparentemente tienen poco para darles o se sienten inferiores frente a los jóvenes. Eso produce un tembladeral y un grave problema vinculado sobre todo a la autoestima, a la seguridad, a la confianza en sí mismo”.

Lutereau es didáctico: subraya tres aspectos, tres rasgos relativos a la constitución de un modo de vida atravesado por el desarrollo tecnológico y la erosión de las estructuras simbólicas, las instituciones consagradas como la familia o la escuela. Son la crisis de la adultez, la crisis de la representación pública y la crisis de la realidad. “Lo que encontramos es un tipo de personalidad caracterizada en principio por una extensión de su infancia y de su adolescencia con la consecuente crisis de la adultez. La idea de crecer, la idea de ser grande, la idea de asumir responsabilidades, la idea de salir al mundo, la idea de, por ejemplo, conseguir cosas a través del esfuerzo, están debilitadas. La idea del esfuerzo como vía de acceso a ciertos bienes es una idea desgastada. Es frecuente escuchar jóvenes que hablan de conseguir dinero, de ‘pegarla’, sin que eso implique la representación de sí mismos a través de un trabajo que les dé una profesión o una identidad pública”.

El sociólogo abre, así, el segundo punto: la crisis de la representación pública. “Se piensan los espacios públicos con una lógica de la intimidad ampliada, algo que las redes sociales demuestran, en la que se habla con el tono muchas veces del espacio íntimo. Es decir, se justifican cuestiones desde el punto de vista emocional, se reacciona de forma impulsiva y eventualmente se desconoce la realidad, lo cual es muy significativo”. El tercer foco que identifica abordal la crisis de la realidad, “un espacio de decepciones y de justificaciones que no son racionales y sí puramente emocionales”.

Reflexiona sobre “la emocionalización del sujeto contemporáneo”, una corriente que no supone un desarrollo de sus emociones. “Lo vemos en el modo generalizado de la ansiedad, en el modo generalizado de la evitación del conflicto, en el modo generalizado de la reactividad, el enojo, la indignación, pasiones que son muy inmediatas. Estamos lejos de un sujeto que se haya vuelto emocionalmente más maduro”, sintetiza. Esa inmadurez se refleja, dice, en la sensibilidad exagerada de “un sujeto sincrético, concreto, con poca capacidad de elaboración”. Propone una alegación: “Si yo sentí algo, las cosas fueron como yo las sentí”. Y suelta un caso: “Lo vemos eventualmente en la dificultad que hay para representarse en las intenciones del otro. En el universo de la tecnología, por ejemplo. ‘Si el otro no me respondió, me ghosteó, no me quiere ver, me trató como un desecho’. Se produce ahí una serie sincrética, donde entre el primer eslabón y el último, hay una indiferenciación absoluta”.

Claudia Amburgo es médica psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), especialista en niños, niñas y adolescentes. Intenta, en su análisis, hallar las raíces de este fenómeno. La responsabilidad, insinúa, es obra de un método de crianza. “Si existe una generación poco productiva en términos laborales, que abandona los proyectos apenas se frustra -elementos que hacen pensar que son frágiles y que no toleran la frustración- la responsabilidad es de la generación anterior porque miró para otro lado o abandonó su rol. No hay confrontación: los jóvenes no tienen con quién confrontar. Hubo una generación que estaba tan ocupada en su mundo, sin diálogo, sin conexión, que los dejó solos”.

Los caracteriza como personas con actitudes desganadas, melancólicas, rehenes de una angustia permanente, víctimas de circunstancias que desbordan su estado anímico, carentes de templanza para resolver situaciones controversiales, desprovistos de una creatividad afectada por el tormento emocional. “Es preocupante que haya generaciones que no toleren bien la frustración y tiren la toalla fácil. En esos casos, esos jóvenes deben concurrir a terapia”, aconseja la psicoanalista, que no considera que se trate de una generación esencialmente débil o frágil, aunque sí advierte “un déficit de motivación, de estimulación, de afectos, de diálogo”.

Dice que los jóvenes tienen menos preparación y más dificultades para enfrentar lo que la sociedad exige. Hace referencia a saberes, deseos, sufrimientos que transmiten madres y padres y generan identificaciones inconscientes en sus hijos, y a las cuestiones “no dichas” por una generación que formó jóvenes desde la ausencia y la omisión. Elabora, a su vez, una hipótesis contrapuesta: como si los jóvenes hubiesen parido una reacción alérgica al estereotipo absorbido. “A veces son posiciones reactivas a lo que mamaron de los padres, que se quejaban mucho de todo lo que tenían que hacer y de cuánto tenían que hacer. Eso también hizo que los que se criaron con esas quejas, los que vivieron en ese medio ambiente dijeran después ‘no, esto a mí no me va a pasar, yo quiero algo diferente para mí’”.

Para Daniela Ocaranza, psicóloga mexicana, fundadora de la escuela Mink’a y vinculada al abordaje con niñas, niños y adolescentes en clínicas privadas, hubo una generación que formó personas desde el rigor, que desautorizó las emociones, que se concentró en los resultados económicos. Y que terminó por promover una descendencia que se rebeló ante estos lineamientos: para ellos, las emociones son válidas, la experiencia individual y emocional es lo que más importa. “La generación de cristal -dice Ocaranza- cree que la emoción es la realidad completa. Y eso es un error de pensamiento. Es una distorsión de la realidad. Es una generación que piensa que si tú me haces “sentir mal” es que tú eres malo, y eso es una distorsión cognitiva. Es justo hablar de una generación que está poniéndole mucha más atención a las emociones y que a veces se olvida de la realidad”.

Coincide en que generación de cristal es una definición despectiva e imparcial. Porque también es un colectivo que llegó a imponer una transformación. “Es la que rompe el esquema de una generación previa, en la cual las emociones no importan nada, solo importa los seres humanos como robots productivos. Ese es el cambio social. Y cuando se hacen, tienen que hacerse a través de los extremos. Los cambios sociales se hacen con cambios radicales. ¿Cuando se ha visto un cambio de paradigma, un cambio de esquema que no se sienta radical?”. Desacredita, a su vez, el debate ético de una generación adecuada y de una generación inoportuna. Aplica una mirada neutral: “Por supuesto que te importe solo la conducta, que interese solo el qué dirán o el dinero que ganas es super dañino, es inhumano. Pero por otro lado tampoco es real que las emociones sean lo único que importen o que experiencias individuales tengan que ser las experiencias sociales generales, ni siquiera verdaderas. Pensar que solo porque yo lo siento es real, es un error cognitivo”.

“¿Qué pasaba en una generación previa en la que los resultados económicos eran lo único importante? -se pregunta y se contesta-. Pues, la verdad es que se obtienen resultados. Somos personas que trabajamos muchísimo, pero, si quieres, a base de ansiedad; somos personas que nos esforzamos por tener una pareja y una familia estable, que no dejamos todo a la primera de cambio. Hay fortalezas en esta crianza. Y la siguiente crianza tiene otras fortalezas: ya no permiten que se les trate mal, sus emociones son válidas, tienen más respuestas de defensa que antes y creo que va a haber mucho menos trauma generacional”.

Ocaranza halla fortalezas y debilidades en ambas generaciones sin ponderar una sobre otra. Discurre en una idea de contienda, de confrontación. “Creo que parte del problema es que, a un extremo, hablar de una emoción le conflictúa y le despierta malestar porque siempre su emoción fue poco importante. Hablar de una emoción es acordarte que la tuya no fue escuchada, y si las emociones no son escuchadas, a quien no se escucha, a quien se invisibiliza es a la persona. Si le hablás a una generación que ha crecido invisibilizada de una persona que cree que las emociones son lo único que importa, que las conductas y la realidad no importan tanto, vas a tener una pelea entre dos extremos”.

No cae en la pesadumbre. Avizora, como corolario de este duelo entre concepciones adultas y visiones jóvenes, un horizonte auspicioso. “Creo que se va a evolucionar para ir hacia un centro, en los que ambos extremos encuentren la media correcta, el lugar de valor. Es lo que está pasando en las infancias actuales, con una crianza respetuosa y no solo respetuosa sino consciente. Si llegamos a una crianza consciente entenderemos que la experiencia personal no es la experiencia general, que las emociones importan y se validan, pero no justifican las acciones. Vamos hacia un camino en el que los jóvenes se harán más responsables de sus actos, donde las emociones importen y también las relaciones sociales y lo que pasa alrededor. Se regresará a querer retribuir a la sociedad, a querer crear una cultura en la cual todos podamos ser parte siendo menos individualistas, y se sabrá que los límites y las consecuencias son parte natural de estas crianzas”.

Cecilia Arizaga centra su análisis en el acuerdo económico y social imperante: el sistema capitalista. La doctora en sociología, directora de la carrera de sociología de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) y autora del libro Sociología de la felicidad dice que las emociones son sociales y no se pueden despegar del momento histórico que las estimula. “Si por generación de cristal entendemos a una generación de jóvenes nacidos hace veintitantos años, estamos hablando de jóvenes que nacieron y que transitan sus vidas dentro de un capitalismo que ya no tiene los mismos mandatos y los mismos valores que regían en el capitalismo del siglo pasado”. Esos valores -apunta- son la planificación y los marcos rígidos de acción, estándares importados donde la estabilidad era la norma, donde existía un jefe que imponía las condiciones y que criaba sujetos disciplinados, obedientes.

“La generación que nace en este siglo -coteja- transita su vida en un capitalismo que tiene nuevas demandas y nuevos valores. No es que no haya una cultura del trabajo, sino que, más bien, el trabajo ha mutado. En ese sentido, la cultura del trabajo también se transforma de acuerdo a esos nuevos parámetros. La vida ya no es lineal, la estabilidad no es un valor ni es una forma de vida posible. Lo que lo que marca hoy es la incertidumbre, amén de un capitalismo flexible, donde el cambio más que la planificación y la estabilidad es la demanda que el mismo mundo del trabajo impone”.

Arizaga recupera las ideas de dos sociólogos. Nombra a Alain Ehrenberg que tituló uno de sus libros La fatiga de ser uno mismo, en relación a la demanda del mundo moderno que ofrece un trabajo asalariado a la carta: la iniciativa individual y la proactividad como regla. Nombra también a Richard Sennett, quien firmó la consigna de un sujeto que navega “a la deriva” envuelto en una cultura neocapitalista, atado a una coyuntura donde los patrones dominantes son la incertidumbre y la vulnerabilidad en vez de la obediencia y la estabilidad.

Emociones, frustraciones, incertidumbres, estabilidades, debilidades, fortalezas, inseguridades, cultura del trabajo, cultura del esfuerzo, vulnerabilidad, angustias, desánimo, compromisos, responsabilidades, crianzas. Reseñas y recortes que se desprendieron de un título que, sin pretensiones, instaló un debate. La muerte de un gato que nada interpela a la defensa de los animales o al amor por las mascotas sino a la presunta fragilidad emocional de una generación que tiene, según la acepción metafórica de la filósofa española Montserrat Nebrera, la delicadeza de un cristal.

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Llega el descenso térmico a Misiones, se esperan marcas mínimas de un dígito

Tras varios días calurosos y soleados, está pronosticado que tras las lluvias llegue a Misiones un marcado descenso de temperatura. Según indicaron desde la Dirección de Alerta Temprana, ingresará mañana un frente frío asociado a corrientes de flujo de aire húmedo provenientes del Amazonas.

«Lluvias y lloviznas estarán acompañadas con persistentes vientos del sur, de leves a moderados y ráfagas de moderadas a fuertes, con potencial para provocar caídas de ramas, voladuras de elementos livianos y problemas en el tendido eléctrico. Más allá de los valores registrados en el termómetro, la sensación de frío se sentirá amplificada por la caída de la térmica generada por estos vientos», detallaron desde el organismo provincial.

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Registran moderación en el aumento del precio de los alimentos, pero los privados pronostican un mínimo del 8% en la inflación mensual

Durante la primera semana de junio, se observó un aumento en el precio de los alimentos, aunque en menor medida que en semanas anteriores. Sin embargo, los analistas privados pronostican que la inflación en los próximos meses se situará alrededor del 8%.

Según un estudio realizado por la consultora LCG, al comienzo de junio, el precio de alimentos y bebidas experimentó un aumento promedio del 0,6%, mostrando una desaceleración de 2,9 puntos porcentuales en comparación con la semana anterior. Además, la inflación mensual promedio en este rubro se situó en un 7,3%, con una moderación de 0,7 puntos porcentuales con respecto a la semana previa.

Según la encuesta, se estima que la inflación mensual para el resto del año rondará el 8%. Se pronostica que los precios subirán un 7,8% en julio, un 7,9% en agosto, un 7,7% en septiembre y volverán a alcanzar el 8% en octubre.

En cuanto a los alimentos que experimentaron mayores aumentos durante esta semana, se destacan los alimentos listos para consumir, que registraron un aumento muy por encima del promedio. Según LCG, esto explicó la mitad de la inflación semanal. Los productos que más aumentaron al inicio del mes fueron las comidas para llevar (3,5%), las frutas (1%), los productos lácteos y huevos (0,9%), el azúcar, la miel, los dulces y el cacao (0,6%) y los condimentos y otros productos alimenticios (0,6%). Por otro lado, la carne, las bebidas y los aceites experimentaron una disminución en sus precios, lo que contribuyó a una menor presión sobre el aumento de precios semanal.

En cuanto a la inflación mensual, se observa que seis de las diez categorías analizadas se situaron por encima del promedio mensual del 7,3%. Las comidas para llevar encabezaron los aumentos con un 14,1%, seguido del aceite con un 12,3% y los productos lácteos y huevos con un 11%. Los condimentos (10,6%), el azúcar (9,7%), el pan (7,7%) y las bebidas (7,2%) también experimentaron incrementos en sus precios.

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Fenómeno QR: los pagos con transferencia superan a las operaciones con débito

El dato confirma una tendencia que se viene consolidando desde 2021 y deja en claro la preferencia que están mostrando los usuarios de servicios financieros por el uso de los medios de pago electrónico.

En línea con el crecimiento exponencial que vienen registrando los medios de pago electrónico, la transferencia de fondos comienza a consolidarse como la opción más elegida por las personas usuarias de servicios financieros. Una de las explicaciones es el uso generalizado del código QR (Quick response).

Según los últimos datos disponibles, en marzo se realizaron 198,8 millones de pagos con transferencia, desplazando del podio por primera vez en la historia a las transacciones con tarjetas de débito, que sumaron 193 millones de operaciones.

El dato confirma una tendencia que se viene consolidando desde 2021 y deja en claro la preferencia que están mostrando las personas usuarias de servicios financieros por el uso de los medios de pago electrónico.

Según el último Informe Mensual de Pagos Minoristas elaborado por el Banco Central, los pagos con transferencia aumentaron, en cantidades, 19% en un mes; más de 153% respecto de las 78,4 millones de transacciones que se habían realizado en marzo de 2022; y se multiplicó por 5 en los últimos 2 años.

Al analizar en detalle cómo fueron los pagos con transferencia en marzo, se puede apreciar que la gran mayoría de estas operaciones (el 84,3%) correspondió a pagos intra PSPCP (Proveedores de servicios de pago que ofrecen cuentas de pago), mientras que un 15,7% corresponde a pagos interoperables.

Teniendo en cuenta los montos, la tendencia es similar, ya que se registraron operaciones por $787,1 mil millones, de los cuales el 78% fue intra PSPCP y el 22% restante en pagos interoperables.

Si bien el proceso de transformación digital que viene llevando adelante el sistema financiero contribuyó a motorizar esta tendencia, el rol que tuvo el BCRA a través de distintas medidas tomadas por el Directorio, fue clave para consolidar la adopción de los pagos con transferencia entre los usuarios de servicios financieros.

Una de las principales medidas que le dio fuerza a estas operaciones fue el lanzamiento de Transferencias 3.0, a fines de 2020, un sistema innovador que incorporó la interoperabilidad de los códigos QR, de modo que una persona usuaria de servicios financieros pueda realizar pagos con transferencia utilizando cualquier código QR, sólo con un teléfono y con cualquier billetera virtual o aplicación de banco que ofrezca ese servicio.

El nuevo ecosistema abierto y universal contribuyó a estimular una mayor competencia entre los diferentes actores del sistema que redundó en mejores condiciones para usuarios y comercios.

El objetivo, de hecho, fue promover la formación de un ecosistema digital de pagos abierto y universal, y conseguir una mayor inclusión de aquellos sectores que aún no utilizan los servicios financieros, uno de los ejes de gestión del organismo monetario.

Además de promover una mayor bancarización, los pagos con transferencia son más accesibles, eficientes y seguros. Para los comercios, en tanto, implican menores costos, ya que estos pagos tienen un rango de precios entre el 6 y 8 por mil (más IVA), a lo que se suma menores costos financieros por la inmediatez.

Además, permite ampliar el abanico de opciones de cobro y reducir el uso de efectivo en el local, lo que redunda en menores gastos y mayor seguridad.

En línea con el objetivo de seguir desarrollando los medios de pago electrónico, el 18 de mayo último el BCRA lanzó una nueva medida para llevar la interoperabilidad de los QR más allá de los pagos con transferencia (PCT) y hacer que la experiencia de pago sea más amigable para las personas.

En concreto, el Directorio dispuso que a partir del 1° de septiembre próximo los comercios que exhiban un código QR para cobrar con tarjetas de crédito deberán aceptar que los clientes puedan realizar los pagos con cualquier billetera digital interoperable, independientemente de la marca del QR.

Otra medida que también contribuyó a promover los pagos electrónicos fue en febrero de 2022 cuando el BCRA elaboró nuevos requisitos técnicos para los Prestadores de Servicios de Pago (PSP) y las entidades financieras que ofrecen el servicio de billetera digital, que apuntaron a reforzar las medidas para mitigar el fraude en las operaciones con billeteras digitales.

En rigor, se agregó un proceso técnico de seguridad a la ya implementada autenticación del cliente y autorización ante instrucción de pago, para complementar y reforzar las medidas de seguridad previamente adoptadas por el organismo monetario.

Respecto de las 167,5 millones de operaciones que en marzo sumaron los pagos con transferencia intra PSPCP (refiere a las operaciones que se realizan entre clientes de un mismo PSPCP con fondos disponibles en las cuentas de pago), el 82,1% (137,5 millones de transacciones) fue iniciado en la web, lo que implica un aumento del 203% en un año. El 17,9% restante, por su parte, fue iniciados con QR de un mismo PSPCP, lo que representa a 29,9 millones de transacciones.

Por otro lado, de las 30,3 millones de operaciones que en marzo sumaron los pagos con transferencia interoperables (representa el 15,7% de todos los pagos con transferencia), el 40,2% fue iniciado en una terminal de punto de venta (POS) con credenciales de tarjeta de débito, lo que concentró 12,2 millones de operaciones.

Si bien este medio de pago representa la porción mayoritaria de los pagos con transferencia interoperables, en cantidades implica un crecimiento de apenas 17,5% en un año.

La segunda opción, en cambio, con el 31,1% de los pagos con transferencia interoperables, fueron los que se iniciaron con QR, que representa más de 9,4 millones de pagos, e implica un salto del 309,6% respecto a marzo del año pasado.

Según detalla el Informe Mensual de Pagos Minoristas de abril, el 81,2% de esas operaciones fue realizada por clientes que utilizaron sus cuentas a la vista y el 18,8% restante usó sus cuentas de pago.

Del otro lado, el 62,5% de los comercios que recibieron pagos con QR interoperable acreditaron los fondos en cuentas a la vista y un 37,5% en cuentas de pago.

En tanto, el 15,9% de los pagos con transferencia interoperables tuvieron su origen con botón de pago a través de operaciones vía web (4,8 millones de pagos); y el 12,7% fue iniciado con un token o clave aleatoria (3,9 millones de operaciones).

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Feria franca: cítricos llegaron a estar cinco veces menos que en los supermercados

Los productos de la feria franca no pueden escaparle a la inflación generalizada que atraviesa el país. Subieron 8% en promedio general de acuerdo al último informe publicado en junio por el Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC), donde se destacan carne, frutas y ornamentales. Sin embargo, se observa una brecha importante con los precios de almacenes y supermercados.

Las verduras de hoja, zapallitos y batatas valen la mitad en la feria; y los cítricos como pomelo y naranja llegaron a estar cinco veces menos que en almacenes o supermercados.

Los datos corresponden a abril, período en que se sintió fuerte la escasez de cítricos.

Brecha en números

Para las frutas, la variedad con el precio más similar fue la banana con una diferencia de $245 en el caso de los supermercados, y la mandarina con $133 en el almacén/despensa. La diferencia es siempre a favor de la feria franca. El pomelo registró la mayor brecha con el supermercado, con una diferencia de $1.996; mientras que el limón tuvo una diferencia de $333 con almacén/despensa.

Al considerar las verduras las variedades con precios más similares son el zapallo criollo y la mandioca con una diferencia de precios a favor de la feria de $79 y $56,82 respecto de los supermercados y almacén respectivamente. Mientras que la mayor diferencia se observa en la espinaca con una diferencia de $614 más caro en los supermercados y $250 más caro en almacén/despensa.

El análisis de la carne vacuna y porcina indica una diferencia de precios a favor de la feria franca en la falda la cual se consigue $25,75 más barata y el chorizo porcino el cual cuesta $86,11 menos que en despensas.

De forma contraria el lomo tiene una diferencia de $1.159,75 entre la feria y los supermercados; mientras que al considerar el almacén la diferencia de precios del lomo alcanza los $959.

En el caso del almacén, se observa para la falda y la costilla porcina una diferencia de $51,10 y $181,40 respectivamente a favor.

En el caso de los lácteos, la menor diferencia de precios se observa en la variedad ricota en el supermercado ($114) y la leche fresca de vaca en el almacén ($120). Mientras que el queso muestra la mayor discrepancia de precios a favor de la Feria Franca con una diferencia de $406 y $390 para los supermercados y el almacén respectivamente. Por su parte, la ricota muestra una diferencia de precios a favor del almacén de $42,07.

General y por rubros

“En abril de 2023, el nivel general del Índice de Precios de Ferias Francas (IPFF) en Posadas mostró un aumento de 8% respecto al mes inmediatamente anterior”. Significa un salto importante respecto a la medición previa, en sintonía con el aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado en ese período por el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Al analizar el IPFF por divisiones, las que presentaron incrementos mensuales más resonantes fueron: Ornamentales (32,9%); Carnes de aves frescas y congelados (14,8%); Leche y productos lácteos (10,7%); Verduras y frutas (8,5%); Carnes y derivados (8,4%); Productos de panificación y derivados (8,3%); Huevos (5,4%); Untables dulces (5,2%); Otros productos (3,4%).

Por el contrario, el organismo provincial publicó que las divisiones que presentaron decrecimientos mensuales fueron: Envasados varios (-10,2%) y Hierbas medicinales (-1,6%).

Finalizando, y a excepción de la subdivisión Harinas y cereales (-1,7%), también se observó un incremento de precios en todas las demás subdivisiones del índice: Frutas (18,3%); Embutidos (13,1%); Panificados (12,5%); Otras carnes rojas frescas, semipreparadas, porcinas (9,2%); Verduras (5,1%) y Carne bovina (5,0%).

Todos los sábados y domingos, cinco encuestadores, un supervisor y dos coordinadoras relevan los precios de 82 feriantes sobre un total de 423, distribuidos en 11 ferias de Posadas.

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Empresas yerbateras proyectan exportar sus productos desde el puerto

Piporé y el Grupo Kabour son los más interesadas en sumar sus cargas al convoy para llegar a diferentes destinos. Desde la primera operación en febrero, se movilizaron 117 contenedores a través del embarcadero. La dinámica operativa y la gestión de nuevos servicios, despiertan el interés de más firmas de la región para contratar la logística portuaria.

A raíz de la consolidación de su dinámica operativa, el puerto de Posadas atrae a nuevos sectores exportadores que ven con buenos ojos acceder a la logística fluvial. En este sentido, el ministro de Industria, Nicolás Trevisan, junto al presidente de la Administración Portuaria de Posadas y Santa Ana (APPSA), Ricardo Babiak, se reunieron con las autoridades de la Cooperativa Piporé. Al respecto, Babiak aseguró que los directivos de la empresa ya habían recorrido las instalaciones del puerto y “ahora nosotros fuimos a visitarlos para ver la posibilidad de sumarlos a las operaciones“.

El encuentro formó parte de la intensa agenda que lleva adelante el funcionario portuario en la provincia. Precisamente, junto a su equipo visita las firmas exportadoras de gran volumen de carga en los 78 municipios. De esta manera, buscan generar una sinergia entre el sector público y privado y al mismo tiempo, promover las exportaciones misioneras. “El lunes me reuní con la gente de Kabour en Andresito y también fuimos a plantearle la posibilidad de subir sus cargas de yerba al convoy”, afirmó.

Nuevos mercados

Babiak comentó que las autoridades de Piporé aseguraron que exportan grandes volúmenes de yerba a Siria. Además, indicó que el país árabe “tiene un régimen de exportación particular, porque demandan grandes cantidades del producto. Por este motivo, el titular de APPSA explicó que desde la firma “quieren ver la posibilidad de armar bien la logística para no provocar un desabastecimiento con su principal comprador“.

En ese contexto, comentó que si bien todavía no tienen una fecha estipulada para comenzar a operar desde el puerto, tienen previsto comenzar con los demás destinos. Así, una vez que tengan más aceitada la logística se incorporaría Siria a la logística fluvial del embarcadero Teniente de Navío Eliana María Krawczyk. Cabe resaltar que Piporé también exporta a otros destinos. En la actualidad sus productos se comercializan en Francia, Estados Unidos, centroamérica y España, por la cantidad de argentinos que allí se radicaron.

Reunión del Consejo Federal de la Hidrovía

Por otra parte, Babiak adelantó que el lunes viajará a la ciudad de Buenos Aires para participar de la reunión del Consejo Federal de la Hidrovía, el ente de control y gestión de la vía navegable. Como parte de la agenda, también se reunirá con funcionarios del ministerio de Producción, la naviera internacional MSC, Arauco y la Dirección de Aduanas. En ese sentido, el titular de APPSA remarcó que en la reunión insistirá con la flexibilización del servicio de cabotaje. También planteará la incorporación del decreto de la ampliación de la obra de dragado, balizamiento y la mantención de la vía navegable hasta Posadas.