La última sesión ordinaria de la Cámara de Representantes de Misiones no solo marcó el cierre de un período legislativo. Fue, también, el inicio del tramo final hacia las elecciones del 26 de octubre, cuando los misioneros elegirán tres diputados nacionales. El clima político dejó en evidencia un contraste nítido: mientras el oficialismo mantiene una línea constante y un rumbo definido, la oposición parece empantanada en el barro del desconcierto.
En este escenario, el Frente Renovador de la Concordia llega a la elección con solidez. Con Oscar Herrera Ahuad como candidato, la fuerza provincial se apoya en una figura que conserva legitimidad social y política. No es solo un reconocimiento a su paso por la gobernación: es una valoración hacia una forma de hacer política que privilegia la gestión por sobre el ruido, la coherencia por encima de la improvisación.
Herrera Ahuad construyó su marca personal con cercanía. Durante su gobierno, enfrentó crisis sin perder el rumbo, y esa memoria colectiva se traduce hoy en confianza. Su candidatura expresa continuidad, pero también madurez: la de un proyecto que no necesita reinventarse para seguir vigente porque tiene algo que no se compra: la legitimidad de ser representativo.
Mientras tanto, la oposición provincial, cada vez más dependiente de las tensiones nacionales, se aferra a los gestos y al discurso vacío. No hay una propuesta sólida anclada al territorio que pretenden representar, tampoco una visión compartida sobre el futuro de Misiones. Se oponen por reflejo, sin distinguir entre lo que puede mejorarse y lo que simplemente funciona. En esa dinámica de negación permanente, terminan envolviéndose en la irrelevancia.
El oficialismo, en cambio, continúa haciendo eso para lo que fue votado: gobernando.
No se trata de grandilocuencia, sino de constancia. Mientras el país vive atrapado en discusiones abstractas, Misiones sigue resolviendo problemas concretos. A veces pueden parecer soluciones chicas, casi irrelevantes, pero nada que cambie la vida de una sola persona lo es. Esa es la diferencia entre la política que gobierna y la que calcula votos, entre la que gestiona futuro y la que solo administra quejas.
En campaña, la Renovación mantiene esa línea: propone un federalismo activo, con proyectos que apuntan a mejorar la vida cotidiana, defiende el modelo productivo local y habla de inclusión en lugar de consignas. El estilo de su cabeza de lista es austero, pero claro: hay una idea de país que empieza en la provincia.
De cara al 26 de octubre, el voto en Misiones será más que una elección legislativa. Será una decisión entre la coherencia y el ruido, entre la política que construye y la que especula. Entre la inversión y la timba. En medio del desconcierto nacional, Misiones sigue siendo un punto de estabilidad y sentido común. Y en tiempos de confusión, eso vale más que cualquier discurso.
Durante una reunión con productores lecheros en Colonia Aurora, el vicegobernador Lucas Romero Spinelli destacó la necesidad de trabajar unidos para sostener la producción láctea provincial, optimizar costos y fortalecer las cooperativas.
El fortalecimiento de la cuenca lechera misionera fue el eje central de la reunión encabezada por el vicegobernador Lucas Romero Spinelli en Paraje Progreso, Colonia Aurora, donde productores, cooperativas y autoridades delinearon una agenda común para sostener y potenciar la producción láctea provincial.
Romero Spinelli, participó en esta reunión clave con productores y representantes de cooperativas lácteas con el objetivo de analizar la situación del sector y delinear una agenda de acciones conjuntas que permita fortalecer la cuenca lechera misionera.
El encuentro se realizó en la sede de la Cooperativa Sol de Aurora, organización que produce queso cremoso, tybo, muzarella, ricota y otros derivados a partir de la leche generada por pequeños productores locales. La reunión fue encabezada por su presidente, Antonio Camargo, y contó con la participación de los titulares de otras cooperativas de la zona como La Mercedes de San Vicente, la Asociación Civil La Familia de San Vicente, la Cooperativa del Alto Uruguay (CAUL) de Colonia Aurora y la Cooperativa Sarandí de El Soberbio. Todas ellas son actores centrales del entramado productivo lácteo de Misiones.
Una situación socioeconómica difícil
Durante la jornada, los productores expusieron la difícil coyuntura que enfrenta el sector debido a la caída del consumo interno, la competencia generada por la entrada de quesos provenientes de otras provincias a precios inferiores a los costos locales, y la necesidad de mejorar los canales de comercialización dentro de Misiones. En ese contexto, la presencia del vicegobernador marcó un paso concreto hacia una política de acompañamiento técnico y productivo desde el Estado provincial.
“No voy a dudar un segundo en ayudarles en esto, y la única alternativa que tenemos hoy es estar juntos, así como estamos acá. Siempre vine y siempre admiré la variedad de producción y el laburo de la gente. Vamos a traer la capacitación para la cuenca lechera, para poder optimizar todo lo que podamos nuestros costos productivos y salir a competir de la mejor manera y mantener lo que tenemos, cuidar lo que tenemos, que eso es lo más importante”, expresó Lucas Romero Spinelli, en un mensaje directo a los productores.
El vicegobernador remarcó que la creación de cooperativas y cuencas no fue un hecho aislado, sino una decisión estratégica de la provincia para garantizar la sostenibilidad de los pequeños productores. “Para eso están las cooperativas, para para eso están las cuencas y todo el desarrollo que se ha trabajado, y eso lo que hay que defender”, enfatizó.
Agenda de trabajo y capacitación
De la reunión surgió una agenda de trabajo conjunta que contempla varias líneas de acción. Una de las principales será la realización de capacitaciones técnicas con especialistas de Santa Fe y Córdoba, orientadas a optimizar los procesos productivos, diversificar la oferta de productos y reducir los costos operativos.
Además, se acordó fortalecer la comercialización de los productos lácteos a través de los mercados concentradores de Posadas, Oberá y Eldorado, espacios que permiten mejorar la visibilidad y competitividad de la producción local frente a los productos provenientes de otras provincias.
El vicegobernador adelantó que se buscará también articular con otros organismos del Estado provincial —como el Ministerio del Agro y la Producción y el Instituto de Macroeconomía Circular (IMaC)— para implementar políticas públicas específicas que permitan consolidar la cuenca lechera y proteger las fuentes de trabajo.
Defender el valor local
Los productores coincidieron en que Misiones cuenta con una producción láctea diversa y de calidad, impulsada principalmente por pequeñas cooperativas que sostienen el empleo rural y promueven el agregado de valor en origen. Sin embargo, reconocen que la actual situación económica requiere un acompañamiento estatal sostenido para enfrentar la presión de los costos y la competencia externa.
“Tenemos materia prima, tenemos conocimiento y tenemos ganas. Lo que necesitamos es acompañamiento técnico y políticas que nos permitan mantenernos firmes”, resumió uno de los representantes cooperativos durante el encuentro.
El desafío, señalaron, no es solo mantener lo que ya se construyó, sino seguir creciendo sobre bases sólidas. En ese sentido, la Vicegobernación busca consolidar un modelo asociativo y solidario que garantice estabilidad, rentabilidad y desarrollo en el interior provincial.
El compromiso del Estado provincial
La intervención de Lucas Romero Spinelli se enmarca en una política más amplia de apoyo a la producción misionera y al cooperativismo como herramientas para el desarrollo territorial. Desde su gestión, el vicegobernador impulsa el concepto de economía local fortalecida por el trabajo conjunto, promoviendo la articulación entre el Estado, los productores y las instituciones técnicas.
Oscar Herrera Ahuad analizó en una entrevista con Tomás Rebord la crisis de las economías regionales, la desregulación yerbatera y la falta de federalismo que afecta a Misiones.
El exgobernador y candidato a Diputado nacional por el Frente Renovadorde la Concordia, Oscar Herrera Ahuad pasó por el streaming más visto de la Argentina y analizó la crisis productiva, el rol del Congreso y la necesidad de un verdadero federalismo en Argentina en una entrevista con Tomás Rebord en Blender.
“Las provincias están muy afectadas: no hay economía regional que se haya salvado”, remarcó Oscar Herrera Ahuad en una entrevista con el periodista Tomás Rebord en “Hay Algo Ahí” que se transmite por el streaming Blender. El exgobernador de Misiones y actual candidato a diputado nacional por el Frente Renovador de la Concordia, trazó un diagnóstico sobre la situación económica del país y su impacto fuerte en las provincias.
“El escenario está muy complejo. No hay una sola economía regional que se haya salvado de la motosierra”, afirmó el dirigente misionero, al referirse a las consecuencias del ajuste y la desregulación económica impulsados por el Gobierno nacional.
Herrera Ahuad remarcó que la eliminación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) generó un “vacío regulatorio que dejó a los productores expuestos al libre mercado”, y que la falta de intervención del Estado “está afectando severamente a la cadena yerbatera y a todo el sector forestal e industrial de Misiones”.
“El yerbatero está en una emergencia muy compleja. La desregulación fue muy dura para la provincia. Lo mismo pasa con la madera: sin obra pública, sin mercado exportador competitivo y con un dólar que no cierra, se hace imposible sostener la producción”, sostuvo.
Federalismo en el Congreso: “Vamos a exigir políticas públicas para las provincias”
Consultado sobre la relación entre el Gobierno nacional y los mandatarios provinciales, Herrera Ahuad fue contundente: “Las decisiones se siguen tomando a nivel central. El federalismo es todavía una deuda. Las provincias seguimos reclamando atención y presencia del Estado nacional”.
El exmandatario advirtió que, en su futura labor legislativa, buscará impulsar una agenda orientada a los intereses de Misiones. “Voy a discutir las leyes que le sirvan a mi provincia. Ya no se trata de votar por gobernabilidad: si damos un voto, tiene que haber reciprocidad. Si apoyamos una ley, que devuelvan con políticas públicas”, señaló.
En ese sentido, planteó la necesidad de revisar el esquema de retenciones y beneficios fiscales, que considera concentrado en el centro del país. “¿Por qué el productor de soja o de trigo puede tener una alícuota cero, y el yerbatero o maderero misionero no? También son argentinos y trabajan la tierra”, cuestionó.
Herrera Ahuad insistió en que el Congreso debe recuperar su rol como ámbito de debate político con mirada federal: “Vamos a exigir que las leyes se piensen desde el interior hacia el centro, no al revés”.
“Misiones es un ejemplo de gestión: economía abierta y Estado presente”
Durante la charla, Rebord destacó el desempeño del exgobernador durante la pandemia, a lo que Herrera Ahuad respondió: “Nunca cerramos la economía. Misiones mantuvo en funcionamiento su sistema productivo y sanitario gracias a un pueblo educado sanitariamente y a un sistema de salud público robusto”.
El dirigente recordó que su gestión se basó en la coherencia política y la defensa del interés provincial, manteniendo colaboración institucional con todos los gobiernos nacionales, sin alineamientos partidarios automáticos. “Nunca fuimos en la boleta de Macri, ni de Alberto Fernández, ni de Milei, pero siempre dimos gobernabilidad. Esa es la coherencia de nuestro espacio: un partido provincial que responde al mandato del pueblo misionero”, afirmó.
Finalmente, al referirse al presente económico, fue categórico: “Esta es una pandemia económica. La gente está triste, está sufriendo. El ajuste se transformó en sufrimiento. No necesitamos shows, necesitamos decisiones políticas que devuelvan alegría al pueblo con más trabajo y más dinero en el bolsillo”.
El ministro de Turismo de Misiones, José María Arrúa, mantuvo un encuentro con integrantes del Directorio de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham), en una jornada que tuvo como eje central el análisis de oportunidades de cooperación público-privada en torno al turismo. La reunión se desarrolló en la ciudad de Buenos Aires y forma parte de una estrategia provincial orientada en continuar posicionando al turismo como motor de crecimiento económico.
Durante el encuentro, representantes de AmCham —organización que agrupa a más de 700 empresas y abarca más de 40 sectores de la economía— intercambiaron experiencias y visiones sobre el potencial turístico de Misiones. Participaron ejecutivos de empresas asociadas como Coca Cola, Ford, Visa, Uber y Assist Card, quienes manifestaron interés en los diversos aspectos vinculados al desarrollo del sector turístico en la provincia.
Uno de los puntos abordados fue la posibilidad de generar espacios de colaboración para atraer inversiones en infraestructura y servicios relacionados al turismo. En ese marco, se mencionaron áreas como el transporte aéreo, la energía sostenible y la promoción de nuevas fuentes de empleo vinculadas a la actividad turística, en articulación con el sector privado.
Desde el Ministerio de Turismo de Misiones destacaron la importancia de generar sinergias con compañías de alcance internacional, señalando que este tipo de vínculos permite establecer contactos estratégicos y afianzar la presencia de la provincia en espacios de toma de decisiones económicas. También remarcaron que este acercamiento fortalece los objetivos de desarrollo e integración de Misiones con mercados internacionales.
AmCham Argentina es una organización no gubernamental, independiente y sin fines de lucro, que desde hace más de un siglo promueve el comercio bilateral y las inversiones entre Estados Unidos y Argentina. Con esta iniciativa, Misiones avanza en el fortalecimiento de lazos institucionales que buscan posicionarla como un destino atractivo para la inversión y el turismo sostenible.
La democracia se sostiene, en última instancia, por la confianza. Y cuando esa confianza se rompe, una sociedad entera queda a merced de los hipócritas que la corroen y los cínicos que la arrasan. Resistirlos no es solo un deber político: es una exigencia moral de supervivencia. Esa fisura entre lo dicho y lo hecho adopta dos formas distintas: la hipocresía y el cinismo. En ambos casos se traiciona a la verdad.
En el debate político se hace palpable y fácilmente verificable la mentira y la inconsistencia entre el discurso político (promesas, valores, ideología) y sus acciones (conductas, cumplimiento de compromisos asumidos y vida personal). A lo largo de la historia se ha podido observar que la política está llena de discursos hipócritas y acomodaticios, sustentados en la mentira y en medias verdades. Desde siempre, los dilemas éticos en la actividad política han sido tema de discusiones y deliberaciones filosóficas. Ahora bien, pese a lo que se ha extendido a la opinión pública, la política no es en sí misma, ni sucia ni hipócrita, son quienes ocupan cargos públicos y posiciones relevantes los que la denigran al utilizar la mentira como instrumento de defensa y al ocuparse de sus propios intereses y no de los ciudadanos; de ahí que, con justa razón, éstos se sientan engañados, defraudados, y critiquen su hipocresía.
Calificar a alguien de hipócrita es tal vez el peor calificativo para describir a una persona y una de las peores críticas que se puede hacer a alguien. Lo importante no es el adjetivo que califica, sino si esa persona que en su conducta se comporta con lo que el adjetivo significa. Esa era la intención de Moliêre en “Le tarfuffe ou l’Imposteur”, una de las más conocidas comedias: mostrar a un farsante en acción, mostrar cómo un hipócrita puede destruir los valores de la sociedad; mostrar la personalidad compleja y los conflictos internos de alguien que se transforma en hipócrita, mostrar la máscara de la verdad detrás de la que se esconde la mentira y no confundir la apariencia con la realidad.
El profesor de Ciencias Políticas en Cambridge, David Runciman, en su obra “La hipocresía política”, realiza un agudo análisis sobre el problema intemporal de la posibilidad de la verdad en la vida política; en ella sintetiza que la hipocresía es la máscara con la que se disfrazan y esconden todos los que, desde Hobbes hasta nuestros días, detentan el poder por el poder.
El hipócrita es el que necesita mantener una fachada de rectitud. Parafraseando a François de La Rochefoucauld, “la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud”. Quien es hipócrita reconoce, aunque sea tácitamente, que existen valores que debe aparentar. De ahí su estrategia: hablar de democracia mientras la restringe, predicar la austeridad mientras goza de privilegios, invocar justicia mientras consolida la desigualdad. La hipocresía envenena la confianza pública.
El cínico, en cambio, no necesita máscaras, se complace en exhibir la mentira. Hannah Arendt advirtió en su obra “Verdad y política” que lo más peligroso no es la mentira aislada, sino la creación de un clima en el que la verdad deja de importar. Ese clima es el que propaga el cinismo. En la política actual, esto se refleja en el dirigente que responde con un “ellos también robaban” ante las pruebas de corrupción; en el empresario que defiende la desigualdad como ley natural amparándose en la brutal falacia de “las reglas del mercado”.
A diferencia del hipócrita, que aún teme ser desenmascarado, el cínico convierte el desenmascaramiento en un gesto de orgullo.
La hipocresía degrada porque traiciona lo que proclama y el cinismo destruye porque niega que haya algo que proclamar.
El único antídoto frente a esto es devolver a la política su dignidad moral. En tiempos de cinismo, recordar que la política puede ser un acto de servicio es un gesto verdaderamente revolucionario. Y en tiempos de hipocresía, la coherencia es el más alto de los valores que podemos esperar de la clase política.
En la época de los políticos de TikTok y de los mensajes vacíos sin propuestas concretas, vemos que un vasto sector de la dirigencia política está más preocupada por las disputas internas y en conquistar espacios de poder que en solucionar los problemas de los ciudadanos de a pie. Están inmersos en una burbuja en donde tienen la convicción de que la agenda de la clase política es la agenda de la sociedad. Enceguecidos por el poder, día a día toman más distancia de la ciudadanía y acrecientan esa brecha que desemboca indefectiblemente en un divorcio entre la política y la sociedad.
La política como ordenador de la vida de la gente
La construcción de una sociedad que trabaje por el bien común requiere de acuerdos y de proyectos a largo plazo. El diálogo es la herramienta fundamental que nos permite avanzar, poniendo los argumentos por encima de los intereses personales.
La comunidad política es auténtica cuando existen vínculos reales y solidarios que, en medio de las diferencias, van más lejos de una superficial tolerancia o de respeto por las normas, sino que se realiza en la construcción colectiva de un nosotros que solo se hace posible desde el respeto por la dignidad de todo ser humano y la confianza en las instituciones.
En la concepción filosófica de laRenovación, la política es el ordenador de la vida de la gente. Esto adquiere especial relevancia cuando vemos al país atravesado por la inestabilidad y el caos permanente, porque Misiones vuelve a demostrar que existe otra forma de gobernar: con responsabilidad, con eficiencia y sin perder el perfil humano, estando cerca de la gente.
La aprobación del Presupuesto 2026 convirtió a Misiones, una vez más y por décimo año consecutivo, en la primera provincia del país en contar con la principal herramienta de gestión. Una forma de devolverle la confianza a la gente y brindar previsibilidad y certidumbre ante un escenario de caos nacional. Lo sucedido en las reuniones de comisión y en el posterior debate de la Ley de Leyes, configura un clivaje de clase orden/caos marcado por la polarización entre un oficialismo que luce firme y robusto frente a una oposición hipócrita y cínica que hizo trizas su capital político y la confianza de la sociedad misionera.
El presupuesto 2026 refleja las exigencias actuales del pueblo misionero, las cuales se pueden resumir en la necesidad imperiosa de un Estado más eficiente que les haga la vida más simple y que no los abandone. La señal es clara: más de 4 billones de pesos, de los cuales casi un 70% serán destinados a la inversión social (salud, educación y contención social), acompañado de obras de infraestructura estratégicas para potenciar el desarrollo de los pueblos. La hoja de ruta marcada por el presupuesto 2026 no es algo menor: en un escenario nacional marcado por el derrumbe de la coparticipación (en septiembre para significó una caída del 10% para Misiones) la decisión política de priorizar al pueblo por encima de los números fríos adquiere un valor aún mayor.
El gobernador Passalacqua lo resumió en una idea que sintetiza la impronta del Modelo Misionero: equilibrio fiscal con equilibrio social. Esto se traduce en un Estado suficiente que no abandona a nadie, que no se desentiende de los problemas y que no le da la espalda a quienes más lo necesitan. Y en ese marco, lo expresado con contundencia por Oscar Herrera Ahuad retumbó con fuerza: “darle la espalda a este presupuesto es darle la espalda a los misioneros”. Una frase que expone con crudeza lo que significó la actitud de la bancada de la UCR, integrada por “Pepe” Pianesi, Francisco Fonseca, Lilia Torres, Rosi Kurtz y Gladys Cornelius, a los que se sumó el iracundo y polémico legislador expulsado del PRO, Miguel Orlando Nuñez. Lo cierto es que mientras a nivel nacional reclaman sostener al Hospital Garrahan y el financiamiento universitario, acá en Misiones, con un doble discurso vergonzoso rechazaron el presupuesto que garantiza atención médica, hospitales y escuelas.
El Presupuesto garantiza un equilibrio entre las demandas sociales y las capacidades financieras de la provincia, todos saben con qué recursos contará y cómo se van a utilizar durante el ejercicio financiero 2026. Un detalle no menor en un país que no cuenta con un presupuesto aprobado desde el año 2023 y donde las provincias padecen la discrecionalidad de la asignación de recursos.
El modelo misionero se regenera permanentemente y demuestra una capacidad de adaptabilidad que le permite avanzar aún en escenarios de caos marcados por la imprevisibilidad y la incertidumbre. En lo que respecta a la gestión, fue noticia en la semana la prórroga de todos los Programas Ahora, hasta el 31 de diciembre. Se trata de una herramienta fundamental que llega al bolsillo de las familias misioneras y sostienen el consumo en cada rincón de la provincia. Allí donde el Gobierno Nacional se repliega, la Provincia avanza con alianzas estratégicas con bancos y comerciantes para defender la economía de los misioneros.
Otra de las noticias salientes de la semana fue la ampliación de la “Zona Franca Puerto Iguazú” hacia las ciudades de Posadas y Bernardo de Irigoyen. Una conquista estratégica de Misiones que, además de crear más de 500 puestos de trabajos directos, abre en el norte y sur de la provincia las puertas al comercio internacional y genera oportunidades económicas para reducir el impacto de las asimetrías con los Paraguay y Brasil.
En política, como en el amor, lo difícil no es enamorar: es sostener. Las palabras pueden emocionar, las promesas pueden prender la llama, pero lo que mantiene vivo un vínculo no es el fuego del momento, sino la constancia. Amar, de verdad, es elegir todos los días. Y gobernar, de verdad, también.
Parece que Misiones eligió hace tiempo ese tipo de amor. El que no necesita escándalos ni declaraciones vacías para demostrar que está. El que no improvisa, sino que planifica. El que entiende que la rutina no es aburrimiento, sino confianza. Porque solo cuando sabés qué esperar del otro podés proyectar, crecer, construir futuro.
Todos alguna vez apostamos a lo desconocido, en el amor o en las urnas. ¿A vos cómo te fue?
Esta semana, con la sanción del Presupuesto 2026, la prórroga de los programas “Ahora” y algunos otros otros gestos, la provincia volvió a decir presente. Y no con palabras, sino con hechos. El Presupuesto no es una planilla contable: es una carta de amor de la política a la gente. Más del 69%, del presupuesto aprobado, está destinado a inversión social, salud, educación, contención e infraestructura. Es el recordatorio de que cuidar al otro también es una forma de querer.
Mientras el país se desvela en crisis de confianza, en rupturas y desencuentros, Misiones persiste en su forma de hacer las cosas: un gobierno que promete poco y que cumple, que vuelve a la casa todos los días con algo que lo respalda. Esa es la diferencia entre el enamoramiento efímero de los discursos y la serenidad de una relación madura. La diferencia entre el like en las historias y una cita planificada. Un proyecto político que crece solamente si crece la gente y que atraviesa los años y las tormentas sin renegar de su identidad.
Oscar Herrera Ahuad encarna esa idea de compromiso. Su gestión y su mirada lo ubican entre quienes no se cansan de elegir, de trabajar y de construir. Porque lo que se defiende en el Congreso no son solamente números: es un vínculo. La relación entre un Estado que cumple y un pueblo que confía.
La previsibilidad no es falta de pasión: es la forma más profunda de ella. Porque quien ama de verdad no promete sorpresas todos los días; promete presencia. Promete estar cuando haga falta. Y eso, en la Argentina de la inestabilidad, es una rareza, casi un milagro. La vara está baja fuera de la tierra colorada, si.
Misiones no vive de los impulsos ni de las modas: cultiva un amor de largo plazo. Por eso avanza, incluso en tiempos de ajuste. Por eso crece, incluso cuando todo se achica. Porque mientras otros cambian de pareja con cada crisis, acá se elige seguir juntos. Con paciencia, con trabajo, con futuro.
Al fin y al cabo, gobernar, como amar, no se trata de decir “te quiero”, sino de demostrarlo.
Es imprescindible entender que controlar la inflación y garantizar el equilibrio fiscal son condiciones necesarias para comenzar a superar la pobreza y mejorar la economía del país. Pero también debe quedar claro que, sin equilibrio social, ninguna solución financiera es sostenible. Esto, Misiones lo entendió hace más de 20 años, y lo volvió a demostrar este jueves, al convertirse en la primera provincia en aprobar su presupuesto 2026. No es un dato menor: se trata de un presupuesto que no solo asegura orden fiscal, sino que prioriza la inversión social por encima del 69%, con un fuerte enfoque en salud, educación, contención social y obras de infraestructura estratégica. En Misiones, ordenar las cuentas no se discute; es un punto de partida, no una meta.
Contrario a lo que ocurre en la Nación, donde toda la energía política se centra exclusivamente en el ajuste fiscal y el recorte del gasto público —ignorando las consecuencias sociales de esa política—, Misiones demuestra que es posible otra forma de gobernar: con responsabilidad, con humanidad y con cercanía. Mientras el país atraviesa una crisis marcada por la caída de recursos —la provincia sufrió una baja del 10% en la coparticipación solo en septiembre—, la decisión política fue clara: proteger a la gente antes que a los números fríos. Esa diferencia conceptual es la que marca dos modelos.
Lo expresó con claridad Hugo Passalacqua al sintetizar la impronta misionera: “Equilibrio fiscal con equilibrio social”. Ese es el modelo que la provincia defiende. Un Estado suficiente, que no abandona ni se desentiende. Un gobierno que entiende que las cuentas deben cerrar, sí, pero no a costa de la salud, la educación o el bienestar del pueblo. En ese marco, el presidente de la Cámara de Representantes y candidato a diputado nacional, Oscar Herrera Ahuad, fue tajante durante el debate: “Darle la espalda a este presupuesto es darle la espalda a los misioneros”. Con esa frase, expuso la actitud de la UCR al votar en contra de una ley que financia servicios esenciales. Mientras en Buenos Aires algunos se jactan de sostener el Hospital Garrahan o las universidades, en Misiones sus representantes rechazan un presupuesto que garantiza médicos, hospitales y escuelas.
El valor de este presupuesto, que asciende a 4 billones de pesos, radica en la previsibilidad. En la Tierra Colorada todos saben con qué recursos se contará y cómo se utilizarán. En un país donde muchas provincias dependen del humor de la Casa Rosada, aquí se apuesta por la institucionalidad. Como destacó la diputada Suzel Vaider, más de 40 organismos y ministerios participaron en el proceso de debate. Eso no es una formalidad: es un ejercicio democrático que fortalece las instituciones y permite planificar el futuro con seriedad. No se trata de un expediente técnico: es un acuerdo colectivo, un pacto con la sociedad.
Además del presupuesto, esta semana también se anunciaron la prórroga de los programas “Ahora” y la creación de nuevas zonas francas estratégicas. Decisiones que confirman que el modelo misionero no se limita a promesas, sino que se traduce en acciones concretas, en hechos. Frente a la desprotección nacional, la Tierra sin Mal ofrece previsibilidad, estabilidad y cercanía. Y lo hace con una fórmula simple pero poderosa: equilibrio fiscal con equilibrio social. La clave está en no elegir entre uno u otro, sino en saber que solo juntos son sostenibles.
Zonas francas y programas Ahora: desarrollo y defensa del bolsillo en tiempos de ajuste
La ampliación de la zona franca de Puerto Iguazú a Posadas y Bernardo de Irigoyen es una decisión estratégica que posiciona a Misiones como una provincia que piensa a futuro. Con más de 500 empleos directos proyectados, la instalación de estos dos nuevos polos —uno en el norte y otro en el sur— fortalece la conexión con el comercio internacional, dinamiza las economías locales y refuerza el perfil exportador de la provincia. En un país donde muchas veces la apertura se traduce en desorden, Misiones demuestra que es posible integrarse al mundo sin perder el control ni la planificación. Se trata de orden con oportunidades reales para los vecinos.
El modelo misionero no se agota en las cuentas públicas. Esta misma semana, se ratificó también el rumbo con la prórroga de los Programas Ahora, una herramienta concreta que llega al bolsillo de las familias y sostiene el consumo en cada rincón de la provincia. No es casual que abarque sectores tan diversos como la góndola, la carnicería, el turismo, la construcción y hasta la educación. Mientras el Gobierno nacional se repliega, Misiones avanza con alianzas entre el Estado, bancos y comerciantes para defender el poder adquisitivo de su gente. Es una política activa frente al retroceso del Estado nacional.
Incluso en un contexto adverso, donde la coparticipación nacional cayó un 10% en septiembre y se profundiza la concentración de recursos en Buenos Aires, el Frente Renovador de la Concordia elige no detenerse. Frente al ajuste, responde con gestión. La sanción del presupuesto 2026, la continuidad de los programas Ahora y la expansión de las zonas francas son señales claras de un gobierno que no improvisa.
Ciencia y salud como política de Estado: un modelo validado
Mientras a nivel nacional se cierran programas científicos, se recortan presupuestos y se desarticula el sistema de salud, Misiones avanza con un modelo integral que articula el conocimiento, la salud y la innovación como políticas públicas sostenidas. Esta semana, ese rumbo fue validado por una de las voces más autorizadas de la ciencia argentina: Gabriel Rabinovich, investigador superior del CONICET y referente global en inmunología y oncología, visitó la provincia y recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Misiones en 2024. Su diagnóstico fue contundente: “El futuro de Misiones es súper prometedor, hay pocas provincias que lo puedan equiparar”.
Rabinovich no habló desde el elogio vacío. Lo hizo con base en un entramado institucional concreto: el Parque de la Salud, el Hospital Madariaga, el Instituto Misionero del Cáncer, el Banco de Sangre y la UNaM conforman un ecosistema biomédico que ya es referencia nacional. En ese contexto, volvió a remarcar que Misiones ofrece condiciones únicas para que la investigación no quede sólo en publicaciones académicas, sino que se transforme en políticas sanitarias concretas. Su idea de “cerrar el ciclo” resume esa visión: pacientes, estudiantes, docentes y profesionales trabajando en conjunto, con equipamiento de primer nivel y respaldo del Estado provincial.
A su vez, la provincia avanza con decisiones propias que consolidan ese horizonte. La incorporación de un citómetro de flujo —instrumento de última generación— permitirá desarrollar investigaciones básicas, traslacionales y clínicas directamente en Misiones, sin depender de centros externos. Mientras otras jurisdicciones desarman sus estructuras científicas, aquí se invierte para sostener un modelo que apuesta a la soberanía del conocimiento, articulando tecnología, salud pública y formación de recursos humanos.
El propio Rabinovich se mostró impresionado por ese capital humano local. Destacó a jóvenes como Edgardo Salvatierra y Juan Carlos Stupirski, ya integrados a proyectos oncológicos de alto impacto, y anunció que seguirá incorporando farmacéuticos, bioquímicos y genetistas misioneros a su equipo. “Lo único que quiero acá es catalizar la materia prima que ofrece la provincia para que los procesos se aceleren un poquito más, y para que salgan grandes cosas de Misiones”, expresó. Sus palabras no solo reafirman lo que se construyó, sino que abren la puerta a nuevas proyecciones globales para la ciencia hecha en Misiones.
En ese entramado, la figura de Oscar Herrera Ahuad adquiere relevancia estratégica. Médico, exgobernador y actual presidente de la Cámara de Representantes, ha sido uno de los grandes impulsores de esta política pública que entiende que la salud no es sólo asistencia médica, sino también prevención, investigación y desarrollo tecnológico. Su presencia en el Congreso puede ser clave para defender un modelo que funciona: hospitales equipados, universidades activas, tecnología incorporada y programas sociales sostenidos. En tiempos donde el gobierno nacional ajusta y retrocede, Misiones avanza y protege.
Misiones emprende un camino autónomo, diferente al del país, que combina inversión en ciencia y tecnología, incentivo al talento local e investigación propia.
Esta semana, el investigador superior del CONICET y eminencia mundial en inmunología y oncología Gabriel Rabinovich visitó nuevamente Misiones. El Doctor en Ciencias Químicas estuvo presente en el 40° aniversario de la carrera de Farmacia de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).
El científico había recibido el año pasado el Doctorado Honoris Causa y en esta reciente visita donó un citómetro de flujo, herramienta fundamental en biomedicina y ciencias de la vida que permite analizar múltiples características de células y partículas en suspensión de manera rápida y precisa. En declaraciones a la prensa, el Dr. Rabinovich señaló que “el futuro de Misiones es súper prometedor, hay pocas provincias que lo puedan equiparar”.
El referente global en materia científica hace referencia al ecosistema que incluye al Parque de la Salud, el Hospital Madariaga, el Instituto Misionero del Cáncer, el Banco de Sangre y la Universidad como un verdadero complejo de innovación biomédica.
Asimismo, mencionó la incorporación del equipo PET/ETC al Instituto Misionero del Cáncer como un avance fundamental para detectar y tratar tumores. Recordó que “una de las cosas que más me emocionó conocer cuando estuve aquí la última vez fue conocer el Instituto del Cáncer y también el hospital”. Sobre las instalaciones señaló: “No tienen nada que envidiarles a muchísimos hospitales que conozco en el mundo”.
Rabinovich también resaltó las ventajas del nuevo equipamiento: “Tienen la posibilidad de diagnosticar, de tratar, de ver el pronóstico de pacientes con cáncer y generar mejores tratamientos personalizados”.
Finalmente, subrayó la proyección de la provincia en el ámbito científico y sanitario. “Se trata de una provincia que está subiendo cada vez más y más alto, es un ejemplo para el país”, concluyó.
En sus palabras, “me quedé enamorado de la provincia. Encontré profesionales increíbles, recursos humanos de excelencia y una comunidad científica con enorme potencial. Es un honor poder hacer ciencia junto a equipos misioneros”. Cabe destacar que el profesional destacó a talentos locales como Edgardo Salvatierra y Juan Carlos Stupirski.
El investigador remarcó que su recorrido fue posible gracias a un entramado de instituciones y políticas públicas: “Yo puedo estar acá contando lo que hicimos porque a mí me dieron oportunidades. La Universidad Pública, el CONICET, el Ministerio de Ciencia, fundaciones y familias que apoyaron. Un gobierno tiene que dar oportunidades, después cada persona decide tomarlas, pero gobernar es eso: dar oportunidades”.
En el tramo final de su mensaje, Rabinovich subrayó el rol social de la ciencia y la importancia de que sus avances lleguen a la comunidad. “Lo más maravilloso es el cariño de la gente. Aunque no entiendan de proteínas o anticuerpos, saben que estamos trabajando para algo bueno. La ciencia une, y por eso hacemos ciencia para todos y todas”.
Un descubrimiento que podría cambiar todo
El investigador encabezó un descubrimiento clave que podría transformar el tratamiento del cáncer. Su equipo identificó cómo actúa una proteína llamada Galectina-1, pieza central en la capacidad de los tumores para evadir el sistema inmune y desarrollar sus propios vasos sanguíneos.
Desde el Laboratorio de Glicomedicina del IBYME, donde Rabinovich se desempeña como investigador superior del CONICET, el grupo reveló un circuito molecular que explica cómo los tumores aprovechan la Galectina-1 para protegerse del ataque inmunológico. “Seguimos un enfoque que conecta los programas inmunitarios y vasculares de estas células. Los resultados aportan nuevas perspectivas terapéuticas para el futuro tratamiento del cáncer”, explicó el investigador.
El estudio demostró que una alta expresión de Galectina-1 está directamente asociada a un peor pronóstico en pacientes oncológicos. Al bloquear este mecanismo con un anticuerpo neutralizante, el equipo logró reducir el crecimiento tumoral en ratones, lo que abre la posibilidad de potenciar terapias ya existentes, como los inhibidores de puntos de control inmunitario y los tratamientos antiangiogénicos.
Este avance consolida además la labor de Galtec, la empresa biotecnológica fundada en 2023 para trasladar los descubrimientos de Rabinovich y su equipo al desarrollo de nuevas terapias aplicables. La sinergia entre la investigación académica y la innovación tecnológica se perfila como un eje estratégico en la medicina del futuro.
Una decisión en favor de la gente
Una idea que merece ser destacada es la mencionada por el Dr. Rabinovich en relación a la provincia: Misiones ofrece condiciones únicas para que la investigación no quede sólo en publicaciones académicas, sino que se transforme en políticas sanitarias concretas. Su idea de “cerrar el ciclo” resume esa visión: pacientes, estudiantes, docentes y profesionales trabajando en conjunto, con equipamiento de primer nivel y respaldo del Estado provincial. En un contexto nacional de recortes a la ciencia, Misiones avanza con la incorporación de tecnología como el citómetro de flujo, que permitirá investigaciones básicas, traslacionales y clínicas directamente en la provincia.
La trascendencia de estas definiciones radica en que la salud no es sólo asistencia médica: es también prevención, investigación y desarrollo tecnológico.
La inversión en política científica y sanitaria redunda en una mejor calidad de vida de los misioneros, a diferencia de otras latitudes donde se cierran o desfinancian programas relativos a estos tópicos. Ciencia y salud son sinónimos de soberanía y esperanza, dado que se salvan vidas y se construye un camino propio en medio de la crisis nacional. El objetivo es proyectar un futuro mejor a base de humanidad, innovación y compromiso con el misionero.
Piden presupuesto para salud y educación a nivel nacional, pero al mismo tiempo rechazan el que garantiza esos fondos en Misiones. Los legisladores del PRO, la UCR y el PAyS se oponen al Presupuesto 2026, a pesar de que en sus discursos públicos celebran marchas y respaldan leyes que, en teoría, buscan lo mismo que ahora rechazan. En este contexto, la frase irónica de Groucho Marx —“Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”— adquiere un inquietante realismo. Mientras en redes sociales y declaraciones mediáticas exigen más inversión para áreas sensibles como salud y educación, en la práctica, votan en contra del presupuesto que efectivamente destina recursos a esos sectores en la provincia. El martes pasado, en la Comisión de Presupuesto, los diputados provinciales del PRO, la UCR y el PAyS rechazaron el dictamen del Presupuesto 2026, que prioriza la educación, la salud y la inversión social, garantiza el sostenimiento del sistema público y se financia principalmente con recursos propios. Paradójicamente, estos mismos bloques habían expresado su apoyo a la educación pública días antes, incluso participando de marchas y presentando declaraciones de beneplácito por más financiamiento en el ámbito nacional. Uno de los casos más llamativos es el del diputado radical Pepe Pianesi, quien el 22 de septiembre publicó en sus redes un video defendiendo con entusiasmo la ley de financiamiento universitario. “Esta ley tiene que ver con el sostenimiento y el funcionamiento de las universidades públicas de la Argentina, que están funcionando al día de hoy con un presupuesto del año 2023, poniendo en riesgo a todo el sistema educativo”, afirmó en su alocución en la Cámara de Representantes. También señaló que “el debate es sobre el presupuesto de funcionamiento, no sobre los controles o auditorías”. Es decir, defendía enérgicamente el financiamiento para la educación pública, reclamando una actualización presupuestaria que garantice el normal funcionamiento de las universidades. Sin embargo, cuando el debate se trasladó al ámbito provincial, Pianesi y su bloque votaron en contra de un presupuesto que contempla justamente esos fondos para la educación de los misioneros. Lo mismo ocurrió con el PAyS. Mientras su principal referente, “Cacho” Bárbaro, marchaba en Buenos Aires en defensa de la universidad pública, sus legisladores en Misiones rechazaban el presupuesto que sostiene la educación en su propia provincia. Es decir, el acompañamiento simbólico en la Capital Federal no se tradujo en compromiso político en la tierra que representan. Esta contradicción no es nueva, pero se hace más evidente en tiempos de campaña, donde los gestos parecen tener más valor que las decisiones concretas. Algunos sectores de la oposición firmaron declaraciones expresando su preocupación por el desfinanciamiento de la salud y la educación a nivel nacional. Pero cuando llega el momento de aprobar una herramienta concreta que asegura esos recursos en Misiones, prefieren rechazarla. Con Misiones encaminada a convertirse en la primera provincia del país en sancionar su Ley de Leyes para 2026, la oposición eligió no acompañar un presupuesto que representa previsibilidad, protección de los servicios esenciales y autonomía financiera. En cambio, optaron por la especulación política, probablemente midiendo costos de campaña y apuestas electorales.
Hay personas que trascienden su disciplina y se convierten en símbolos universales. En el fútbol, ese lugar lo ocupa Lionel Messi. En la ciencia argentina, el nombre es Gabriel Rabinovich. Y la noticia es que el crack mundial de la investigación contra el cáncer decidió mirar hacia Misiones.
Compararlo con Messi no es un capricho. Rabinovich descubrió la proteína Galectina-1, un hallazgo que lo llevó al radar del Nobel y abrió nuevas puertas en la lucha contra el cáncer y las enfermedades autoinmunes. Su startup, Galtec, ya transforma esos descubrimientos en terapias con impacto potencial en millones de vidas. Es un científico de frontera que podría trabajar en cualquier laboratorio del mundo, pero que elige vincularse con esta provincia.
El convenio en gestación entre su equipo y Misiones tiene tres pilares: educación, investigación y ensayos clínicos. Educación para inspirar a jóvenes estudiantes y residentes médicos a lanzarse a la carrera científica. Investigación para trabajar con muestras de pacientes oncológicos en instituciones locales de referencia como el Hospital Madariaga y el Instituto Misionero del Cáncer. Y ensayos clínicos para que el conocimiento se convierta en esperanza concreta para los pacientes.
Nada de esto sería posible sin un ecosistema preparado. Rabinovich lo dijo con claridad: la infraestructura, el talento humano y la visión de la dirigencia misionera lo convencieron de que aquí se puede dar un salto cualitativo. La ciencia no es un gasto, es una inversión. Lo entendieron países como Corea o Estados Unidos, y Misiones empieza a caminar esa senda con decisión.
La analogía con Messi cobra más fuerza: así como el capitán de la Selección llevó a la Argentina a lo más alto, Rabinovich puede ser el jugador decisivo en la batalla contra el cáncer. Y que esa jugada se prepare en suelo misionero no es un dato menor: es un orgullo y una oportunidad histórica.
La conclusión es simple: el futuro se construye con talento, conocimiento y visión estratégica. Cuidar y potenciar a nuestros científicos es tan importante como alentar a nuestros ídolos deportivos. Porque puede que la próxima gran victoria argentina no llegue en un estadio, sino en un laboratorio. Y Misiones ya se animó a jugar ese partido.