La creciente presencia de jóvenes en espacios trascendentales del Gobierno de Misiones es el fiel reflejo de la importancia que revisten para un proyecto político que atiende el presente sin dejar de pensar en el futuro. Asimismo, la incorporación de actores de los más variados ámbitos de la sociedad permite el desarrollo de políticas públicas con una visión integral pensando en todos los misioneros sin distinción.
(*) Por Nicolás Marchiori
En la obra “Education for democratic citizenship”, las politólogas norteamericanas Roberta Sigel y Marilyn Hoskin sostienen que “la participación es toda acción que busca afectar positivamente la calidad de la vida pública en una sociedad democrática que defiende los derechos humanos. Es la influencia que ejerce una persona o un grupo de personas en la comunidad. Se trata de una actividad política y social visible”.
Esta participación requiere que la persona se vea a sí misma como actor social y sienta que puede ser un miembro activo de la comunidad. Es decir, lo opuesto a la indiferencia y el aislamiento. Supone una identificación con lo público, expresada en acciones cotidianas, en las que la persona se compromete constructivamente con una causa que afecta y preocupa a la comunidad e interviene junto con otros en la búsqueda de soluciones.
Participar, entonces, es actuar con la idea de generar transformaciones por el bien común y defensa de la sociedad. La búsqueda de nuevas respuestas y de una realidad mejor es lo que motiva a la persona a participar. Sólo la participación en beneficio de la comunidad y de sus intereses garantiza un verdadero compromiso democrático.
En la actualidad, es recurrente escuchar hablar de la importancia de la participación de los jóvenes en política. Más del 50% de la población mundial tiene menos de 30 años, pero apenas el 2% de los legisladores elegidos en todo el planeta son menores de 30 años. A finales del año 2016, la ONU lanzó una campaña mundial llamada “Not Too Young To Run” (No demasiado joven para ser candidato) a partir de una iniciativa nacida en Nigeria, donde la edad para votar es 18, pero para la postulación para un cargo electivo puede ser recién a partir de los 30 años.
Es normal escuchar que alguien muy joven tiene poca preparación y que por su falta de experiencia no sería un candidato idóneo para un cargo público. Pero, por otro lado, muchos dirán también que los jóvenes pueden aportar ideas frescas y mejores prácticas a la política.
A nivel global se observa una marcada tendencia a la desconexión de los jóvenes respecto de la política convencional. Muchos de ellos prefieren el activismo, la defensa de ciertas causas sociales, el voluntariado, pero no militar directamente en un partido político. En la mayoría de los casos, este fenómeno se atribuye al alto nivel de desconfianza en los partidos o a la política en general.
La profesora de la Universidad de Valladolid Almudena Moreno ha hablado sobre el acto de la transición a la participación social y política y de la construcción del concepto de ciudadanía en los jóvenes. Moreno sostiene que “el joven se transforma en adulto convirtiéndose también en ciudadano de pleno derecho y para ello debe verse involucrado en los diferentes ámbitos de participación”.
En este sentido, las nuevas tecnologías tienen un papel fundamental. La disponibilidad de un mayor número de herramientas online y redes sociales han tenido gran relevancia en el refuerza de la participación política y el activismo de los jóvenes.
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Los jóvenes del Frente Renovador y las nuevas realidades
En la sesión extraordinaria celebrada en la Cámara de Representantes de la Provincia el 10 de diciembre pasado, el Ing. Carlos Rovira remarcó que el principal escollo que tiene la política de todo el mundo, de todos los partidos políticos, es la participación de la juventud, una cuestión muy difícil de resolver y que representa un activo muy importante en la configuración de las sociedades.
En aquella oportunidad, el Conductor de la Renovación destacó que ningún espacio político del país ha asignado tanta importancia y sentido estratégico a los jóvenes. Al mismo tiempo, consideró a la juventud como la nueva paridad de estos tiempos y que ha nacido con una fuerza inusitada, bien ganada.
Cierto es que los jóvenes representan casi el 50% de la población en Misiones, y dada la importancia que revisten dentro de la estructura de las sociedades actuales, el proyecto político que enarbola las banderas del Misionerismo les ha abierto y asegurado un espacio, no con un criterio electoral como suele darse en otras fuerzas, sino con el convencimiento de que la inteligencia y la creatividad que pueden aportar los jóvenes de hoy son el principal activo para impulsar la nueva economía basada en la incorporación de las nuevas tecnologías.