La investigación sobre los anticuerpos generados por las mujeres que recibieron las vacunas contra el Sars-Cov-2 se realizó durante un año en 226 madres voluntarias
Las madres vacunadas contra el Covid-19 transfieren inmunidad a sus bebés a través de la lactancia. A esa conclusión arribó el estudio que llevó adelante un equipo de científicos argentinos, entre los cuales se destaca como uno de los principales autores Diego Ojeda, oriundo de Puerto Rico, licenciado en Genética de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) y con un doctorado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).El estudio representa el trabajo colaborativo de una tríada integrada por el Banco de Leche Humana del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, de Buenos Aires; el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (Inbirs), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA); y la Fundación Instituto Leloir (FIL).Fue publicado recientemente en la prestigiosa revista Frontiers in Inmunology.Ojeda es miembro del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL, que dirige la investigadora del Conicet Andrea Gamarnik. Luego de un procesamiento inicial en los laboratorios del Inbirs, el material fue enviado a la Fundación Instituto Leloir, donde se realizaron las determinaciones serológicas y el análisis de los datos.“La Maternidad Sardá fue la responsable de instalar la pregunta, por la curiosidad de las madres. Había madres voluntarias que formaban parte del Banco de Leche para aquellas que por algún problema no pueden amamantar a sus hijos. Las donantes querían saber si había transferencia de la inmunidad pasiva, es decir, cuando hay una respuesta inmune de las madres se transfiere a los hijos a través de la inmunidad pasiva. Como los bebés no pueden generar sus propios anticuerpos, se los provee la madre a través de la lactancia”, explicó el doctor Ojeda en diálogo con El Territorio.El investigador hizo una pausa en sus actividades, en la gran ciudad, donde vive desde hace diez años, para atender la requisitoria de este medio. Detalló que “el estudio demostró que las vacunas disponibles en la Argentina generan una respuesta inmune humoral que produce anticuerpos del tipo IgG e IgA”.“El ensayo duró un año. Se realizó en la etapa de la vacunación masiva en el país”, comentó.En ese sentido, conviene recordar que recién a mediados de junio del año pasado, el Consejo Federal de Salud (Cofesa) recalificó a la población de riesgo frente al Covid-19 y recomendó, en base a la evidencia científica, la vacunación en embarazadas. Hasta entonces no estaban contempladas como prioritarias, sin embargo, el aumento de contagios y el agravamiento de los cuadros obligó a dar un giro radical.El estudio, paso a paso“El Sardá tenía las voluntarias, el Inbirs tenía la infraestructura para contactar las madres, indicarles cómo tomar las muestras de leche y luego acercarse a la Facultad de Medicina para hacerles una extracción de sangre y todo eso se procesaba en el Inbirs y se enviaba al Instituto Leloir para hacer las determinaciones”, señaló el científico misionero.“Las determinaciones eran una adaptación de lo que fue el Covidar (ver Covidar, kit para…) que habíamos desarrollado, fue una modificación para medir anticuerpos de tipo IgA en leche; antes los medíamos en suero y después hicimos una adaptación para medirlos en leche. Se modifica el ensayo y se prepara para la lectura en leche”, describió Ojeda.“Son 226 madres que se enrolaron, si bien no estuvieron todas en el tiempo de un año. Algunas madres donaron las muestras en el período basal, es decir, antes de estar infectadas o vacunadas. Esa muestra no tenía ningún registro de anticuerpos de Covid; después se vacunaron y a los quince días se les tomó la muestra; también después de la segunda dosis y a los cuatro meses de la segunda dosis. Entonces, así, se pudo estudiar si se mantenían los anticuerpos y en qué nivel”, detalló.“Al menos hasta cuatro meses después de aplicada una dosis se mantenía el nivel de anticuerpos en leche y en sangre, hay una correlación. Los anticuerpos IgG son para medir una respuesta sistémica; en tanto, para medir en las mucosas, se busca IgA, porque ese tipo de anticuerpos es el que neutraliza a los patógenos, ya sean virus o bacterias”, precisó.“Los anticuerpos IgA son los que neutralizan los patógenos, eso da un indicio de una inmunidad pasiva que la madre le estaría transfiriendo al hijo. La pregunta que siempre nos hacen es cómo sabemos que esa transferencia realmente protege. Para dar esa respuesta hay que hacer un ensayo clínico. Sería seguir a los 226 bebés -de las madres enroladas- para ver si se infectan o no. Pero ese no fue el objetivo de esta investigación, para ello se necesita el desarrollo de algo más amplio”, reconoció.“Pero lo que sabemos es que las madres dan de amamantar al menos cuatro o cinco veces al día, la frecuencia de la presencia de estos anticuerpos es muy alta y se sabe que quedan en la mucosa del tracto respiratorio, entonces cumplen más la función que sí estuvieran en la sangre”, detalló.“Neutralizar se refiere a que el anticuerpo reconoce al virus e impide que el virus ingrese a la célula; proteger es tener certeza de que ante tal inóculo, una persona no se va a infectar con este virus”, comparó.El rol del Inbirs“La inquietud viene de parte del Banco de Leche. Nosotros tenemos las herramientas para buscar respuestas. En ese sentido, coordinamos con mi pareja, Yésica Longueira, que trabaja en el Inbirs para tomar muestras y recibir a las voluntarias”, indicó Ojeda.Longueira, magíster en Biobancos y quien colaboró desde el Inbirs, sostuvo en una entrevista con Télam que “considerando que los IgA secretados por las glándulas mamarias tienen capacidad de neutralizar patógenos en la mucosa respiratoria del bebé, que la vía de ingreso del Sars-Cov-2 es respiratoria y que la frecuencia de lactancia es muy alta, este tipo de inmunización pasiva podría ser protectora”.Y recordó que “la inmunidad pasiva se transfiere a través de la placenta y la leche materna, de modo que la protección es mayor si las mujeres se vacunan durante el embarazo”.
Covidar, kit para detección de anticuerposEl doctor Diego Ojeda (35), graduado de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (Unam), es parte del equipo del Conicet y la Fundación Instituto Leloir (FIL), cuyo equipo desarrolló el primer kit rápido para detectar anticuerpos contra el Covid-19.El trabajo registrado ante la Anmat bajo el nombre Covidar IgG fue desarrollado en el tiempo récord de 45 días bajo la dirección de la doctora Andrea Gamarnik, en el instituto radicado en Capital Federal. Ojeda coordinó la validación de un método rápido de toma de muestra para la utilización del kit Covidar IgG a partir de una gota de sangre. La muestra tomada por punción del dedo se colecta en tubos con un conservante que son parte de un serokit que fue desarrollado originalmente por el laboratorio Lemos para estudios de seroprevalencia de la enfermedad de Chagas.“La adaptación de Covidar IgG es útil para controlar el avance de la pandemia y realizar estudios epidemiológicos en barrios y en personal de riesgo”, había señalado Ojeda, quien por este trabajo fue elegido como Misionero del Año, un galardón que entrega El Territorio a personas destacadas.