Luzmila Berezanski (9) y su familia de Hipólito Yrigoyen viajaron a Buenos Aires para un tratamiento contra el cáncer
Una sonrisa de oreja a oreja, la felicidad a flor piel, regresar a casa y reencontrarse con sus seres queridos, los juguetes que dejó hace dos años y volver a ver el paisaje misionero. Esa emoción volvió a vivir Luzmila Berezanski (9), la niña que reside en Hipólito Yrigoyen con su familia y debió viajar a Capital Federal en noviembre de 2020 al diagnosticársele leucemia linfobástica aguda, lo que obligó a que se se interne en eHospital Garrahan para ser trasplantada de médula ósea.La estadía de Luzmi en Buenos Aires fue prolongada: luego del trasplante, en junio del 2021, no pudo estabilizarse del todo, por lo tanto debió quedarse con sus padres Nora González, Joselo Berezanski y su hermanita Adaluz, porque necesitaba el acompañamiento en esta difícil situación.Ante ello, expresó que a pesar de hacerse eterno el regreso, estaba feliz porque contaba con la compañía de los suyos.“Estoy muy feliz de regresar a mi casa, reencontrarme con mis abuelos, tener juguetes que no me acordaba que tenía y jugar con mi hermanita”, mencionó Luzmila ahora ya en su hogar.La familia viajó el sábado a la noche desde Buenos Aires hacia Posadas, donde les esperaron los familiares, cenó con ellos en la capital provincial y volvió a Hipólito Yrigoyen en las primeras horas del domingo para descansar.Joselo, papá de la niña, tomó la palabra y narró lo acontecido, aún sin poder creer que su hija regresó curada; con sus palabras profundas expresó la satisfacción de volver a casa los cuatro juntos.“Fue un camino largo, en el que ella debía pasar etapas y había que estar unidos por ella, pero gracias a Dios salió todo bien, los médicos que la atendieron son excelentes, porque resolvieron cosas que eran muy complejas”.El retorno tras casi dos años implica también volver a empezar: el trabajo, la escuela de las niñas, compartir con los parientes luego de mucho tiempo sin verlos es todo un desafío para las niñas y sus padres.“Será todo un proceso, pero nada es imposible. Reiniciar es lindo también porque uno renace, porque hay veces que podemos tocar fondo y tomar impulso hacia arriba es muy bueno”, contó Joselo.Un mensaje de esperanzaAl consultársele sobre el momento en que los profesionales de la salud dijeron que Luzmi está curada y pueden viajar a la tierra colorada, al padre de la menor se le llenaron los ojos de lágrimas.“Es algo imposible de explicar con palabras, se siente adentro en el corazón, pero es lo más lindo para la familia y el entorno, porque ella puede salir a vivir la vida luego de todo lo que pasó y eso no tiene nombre, por eso siempre hay que seguir hacia adelante para conseguir los objetivos”.Por último, Luzmila expresó el deseo que tiene. La niña, que atravesó distintas experiencias, sólo quiere ayudar a los demás que padecen una patología igual o similar.“A los niños que pasan un momento difícil les quiero regalar una peluca a todos los que no tienen cabello, porque se cae todo al hacerse quimioterapia y yo sólo quiero que ellos se sientan bien”, comentó la pequeña, que comienza a escribir una nueva etapa.