Una plataforma de ventas evaluó que los pedidos casi triplican a los del 2021
Desde la reapertura de fronteras, tras la pandemia del coronavirus, el comercio de Bernardo de Irigoyen, ciudad misionera que limita con Dionisio Cerqueira, Brasil, tuvo un repunte importante y actualmente pasa por un buen momento gracias a las diferencias cambiarias. Un real entre los 50 y 52 pesos hace que más brasileños elijan comprar en los comercios de la ciudad más oriental del país.Walter Feldman, presidente de la Cámara de Comercio irigoyense, destacó el buen momento comercial, pero cuestionó las demoras en el ingreso al país.“Desde la apertura de la frontera el incremento comercial es notable, tanto así que la aduana queda chica para el flujo de personas que ingresan a Bernardo de Irigoyen todos los días, pero aún más los fines de semana y feriados celebrados en el vecino país”, manifestó el comerciante.A lo que agregó: “Necesitamos que Nación habilite más casillas de Migraciones, con el objetivo de ordenar el ingreso y así potenciar aún más el comercio local y con eso, el desenvolvimiento y progreso de toda nuestra región, ya que podemos tomar más empleados y ampliar nuestros comercios, además de aumentar nuestros tributos tanto al municipio como a la provincia y al país”.En la actualidad es normal ver todos los días un intenso movimiento fronterizo, vehículos y ciudadanos brasileños recorriendo las calles y comercios irigoyenses. En tanto, los fines de semana y feriados son los días de mayor despliegue de brasileños en suelo argentino, adonde no sólo llegan vecinos de las ciudades brasileñas limítrofes con Bernardo de Irigoyen, sino también varios tours de compras desde más de 100 kilómetros de la frontera, eso hace también que se generen largas filas de vehículos en el ingreso al país, situación que causa mucho malestar tanto a comerciantes, autoridades y la población en general.Según un relevamiento de El Territorio en comercios del municipio, hay excelentes ventas a brasileños en todos los rubros, pero se destacan las vinotecas, pescaderías y afines, supermercados, gastronomía y productos de farmacia. Asimismo, se denota una alta demanda en locales nocturnos y en estaciones de servicio. Pero la contracara del buen momento comercial son las demoras en el ingreso al país por el paso internacional de la ciudad más oriental del país, donde existen únicamente dos carriles habilitados y en algunos casos únicamente un carril, generando demoras de entre 40 minutos a una hora, situación que produce malestar tanto al visitante como a los comerciantes y autoridades locales.“Habría más flujo comercial si la Aduana tuviera una estructura adecuada para la cantidad de personas que ingresan por este paso fronterizo. Porque se están soportando demoras de 40 minutos a una hora haciendo filas y por ahí la gente se cansa de esperar y se vuelve o también sucede que se ven más beneficiados los comercios que están cerca de la zona fronteriza, porque los vehículos, como tardan mucho en ingresar a la aduana, sus pasajeros se bajan, cruzan caminando y hacen las compras en locales que están más cercanos a la frontera. Eso también repercute en que terminan llevando menos cantidad de mercadería”, se quejó Feldman.Desde el municipio ya se hicieron algunos pedidos formales para una reestructuración y adecuación de la Aduana acorde a la demanda actual, además el mes pasado, en el Concejo Deliberante local contando con la presencia de comerciantes y autoridades municipales de las ciudades brasileñas limítrofes con Irigoyen, presentó un proyecto de comunicación y otro de declaración de interés municipal, referentes al Centro de Fronteras.A su vez, el edil, presentó una nota dirigida al presidente Concejo, en la que da a conocer sus proyectos, uno de ellos es solicitar la gestión a través de los organismos provinciales y nacionales que corresponden, que se pueda establecer el funcionamiento del sistema de tarjetas del Tránsito Vecinal Fronterizo (TVF) en el Centro de Frontera de Bernardo de Irigoyen–Dionisio Cerqueira y también a la gestión de la remodelación del edificio donde funciona actualmente la aduana de turismo local.