A unos cinco kilómetros del acceso a la localidad de Hipólito Yrigoyen se emplaza la comunidad mbya guaraní de Guaporaity, que se destaca por el empuje de sus habitantes y la determinación de sus referentes para cuidar la naturaleza y el modo de vida ancestral y a la vez poder desarrollarse en un mundo que cambia sin frenos. Entre el monte nativo, las huertas, la escuela y la salita de primeros auxilios se disponen también las tradicionales y sencillas casas de costero, algunas techadas con chapas de zinc o cartón y muchas más son las recubiertas de hojas de palmera. En una de estas construcciones vive Rubén Ceferino Píriz (16), junto con sus padres Lina y Ceferino y los menores de sus ocho hermanos. Rubén egresa este año de la escuela secundaria, cursa el quinto año en el Bachillerato Pedagógico N° 2 José Manuel Estrada y es uno de los mejores promedios.
El adolescente que es además músico y le gusta actuar, confió su sueño de estudiar la universidad en Buenos Aires el próximo año.
“Quisiera estudiar bioquímica en Buenos Aires, también poder cantar y conocer el mar, ese es mi sueño”, expresó el chico en la fría mañana del martes, cuando corría un viento helado y en cercanías de cada hogar el fogón encendido daba refugio a las familias y sus animales.
En su voluntad de superarse, Rubén madruga para asistir a clases, ya que le insume dos horas de caminata unir los 8 kilómetros hasta el centro educativo y la misma distancia desanda al final de cada jornada. “A veces llego con hambre y no hay mucho para comer o llego cansado y con tareas y hay trabajo que hacer, pero yo no me quejo porque mi familia me apoya para salir adelante”.
“Mismas oportunidades”
Consciente de que si logra su objetivo, podría ser uno de los pocos de su nación originaria en llegar tan lejos, explicó: “Me gustaría ir a Buenos Aires porque sueño con viajar, con conocer más y aprender. Yo amo mi comunidad pero me gustaría ir a la capital, seguir estudiando, tener las mismas oportunidades que todas las personas, porque los mbya también podemos”, enfatizó.
Luego, imaginó un futuro en el que ya recibido pueda volver y volcar todos sus conocimientos en su tierra natal. “Me gustaría tener esa experiencia de estudiar en Buenos Aires, de poder recibirme y después volver, porque en las comunidades faltan cosas por hacer, faltan muchas cosas para el bien de todos”. Lina, madre de Rubén, ponderó que su hijo es muy aplicado y “siempre está estudiando, leyendo”. “Él quiere ir a Buenos Aires y nosotros le apoyamos en su sueño pero no tenemos los recursos como para que viaje y en eso sí necesitamos ayuda”, sostuvo la mujer, que es una de las fundadoras de Guaporaity. Ella mostró su preocupación porque la lejanía de las escuelas secundarias, la falta de recursos, las barreras culturales y del idioma -según describió- aún impiden a muchos jóvenes avanzar en sus estudios.
Rubén expuso que durante la pandemia no fue fácil seguir la escuela: “Yo soy buen estudiante, sólo me importa el estudio, tengo buenas notas, me encanta matemática y todas las materias, pero cuando fue todo lo de la pandemia acá no teníamos cómo conectarnos, no tenía teléfono, me llevé las doce materias y rendí y aprobé todas, no repetí el año, estudié mucho, también los profes me ayudaron a prepararme y aprobé y pasé a cuarto año”, remarcó sobre el fruto de su esfuerzo.
Asimismo, destacó la ayuda de la Fundación Mamis Solidarias, que le brindó ropa, útiles y un teléfono celular para poder estudiar y hace poco tiempo acudió de nuevo a la organización para hacerle saber su proyecto de estudiar en la capital del país y solicitarle acompañamiento de ser posible.
Apadrinar el sueño
Desde 2019, tanto Rubén como su comunidad, reciben ayuda de la Fundación Mamis Solidarias y, ahora, la organización Fonbec se suma al desafío de encontrar un padrino que ayude al joven a cumplir el sueño de estudiar una carrera universitaria en Buenos Aires.
“Es un chico que le pone muchísimo esfuerzo con una energía y alegría tan contagiosa que desde el primer día quisimos ayudarlo”, manifestó la conductora de TN e integrante de Mamis Solidarias Paula García, en diálogo con Acá te lo contamos por Radioactiva.
En este sentido, señaló que “hay dos opciones: esperar que el Estado se haga cargo o poner las máquinas en movimiento para que Rubén pueda estudiar”.
De esta manera, Fonbec se suma con su misión de conectar dos mundos, el de los chicos que quieren estudiar y el de personas generosas que quieren ayudar apadrinando con una beca para la educación primaria, secundaria o superior.
En este caso, convocan a alguien, en cualquier lugar del país, que pueda aportar 15.000 pesos mensuales para que Rubén pueda ir a la universidad, mientras se buscan residencias y otras ayudas necesarias para su formación.
“Conocemos a Rubén desde antes de la pandemia. Lo que me encanta es que siempre está con ganas de hacer. Tiene ganas de salir de la comunidad para estudiar en Buenos Aires y después volver a su aldea para devolver el servicio”, destacó García. Sobre esta línea, recalcó que “se da algo interesante en Guaporaity, él va a ser el segundo adolescente que se recibe del secundario en los últimos doce años”.
La fundación realizó una evaluación en las escuelas de la zona para ver cuántos egresos de personas de comunidades guaraníes hubo en los últimos 15 años y concluyó que sólo seis terminaron el secundario. “Rubén está abriendo el camino de mostrar que se puede y que incluso se puede ir más allá”.