Los lugareños dicen que los carros están custodiados por yacarés. Muchos aseguran haber visto al menos los resplandores y los fuegos fatuos que indican donde están los tesoros. hay leyendas, claro, tan antiguas como estas tierras. Leyendas que cruzan al linaje de los criollos con los orígenes guaraníes de la cultura local.
Se dice que en los tiempos de las guerras de la independencia por estos Esteros pasó un éxodo. Pueblos enteros que escapaban de más arriba, del acoso de las tropas portuguesas que venían bajando. Esos pueblos huían con todas sus pertenencias, incluidos los tesoros de sus iglesias. Oro y plata, para ser más simples. Mucho.
Y se cuenta que en ese escape, al cruzar parte de los Esteros, dos carretas repletas de oro empantanaron y se hundieron para siempre en el lodazal. Y que ese oro quedó guardado bajo las aguas del Iberá.