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Misiones y el abordaje estratégico del consumo problemático y la salud mental

La problemática del consumo de sustancias y la salud mental cobró relevancia en la agenda política y social. La pandemia de Covid-19 y la crisis económica agravaron la situación, destacando la necesidad de un enfoque integral que incluya la familia como núcleo de prevención. El ministro de Prevención de Adicciones, Samuel López, resalta la importancia de fortalecer los lazos familiares y reconoce la espiritualidad como parte del tratamiento. Con la implementación de espacios de contención y la creación de políticas públicas inclusivas, la Provincia busca enfrentar esta compleja realidad, promoviendo la construcción de una sociedad más justa y compasiva.

Faltar al trabajo, dejar de asistir a clases, perder el interés en la higiene personal y el cuidado, aislarse de la familia y amigos son algunas de las consecuencias del consumo problemático. Ansiedad, depresión y ataques de pánico parecen ser los temas principales en los titulares alimentados por el testimonio de innumerables figuras del mundo del espectáculo y del deporte. Quienes, a través de redes sociales, ponen sobre la mesa y dejan en evidencia que la preocupación por la salud mental es transversal y universal

Los meses de encierro y aislamiento a causa de la pandemia de coronavirus agravaron la situación y, aunque parece que el Covid-19 quedó en el pasado, recién comenzamos a observar algunas de sus consecuencias. A esto hay que sumarle la situación económica y social de crisis e incertidumbre

Un panorama complejo en una sociedad líquida, donde vuelve a tomar relevancia la familia como núcleo principal de socialización y sostén. La dinámica familiar contemporánea y el ritmo de vida -a nivel mundial- dificultan la posibilidad de compartir tiempo de calidad y eso impacta directamente con los casos de salud mental. 

La prevención comienza en el embarazo

En este marco, el ministro de Prevención de Adicciones de Misiones, Samuel López, explicó que más allá de las herramientas que pueda proveer el Estado, es fundamental fortalecer los lazos familiares previos al nacimiento. “La prevención comienza en el embarazo”, aseguró. 

Comentó además que hay que reconfigurar algunas costumbres. “Creemos que nuestros hijos cuando están en la primaria -porque son pequeños- es cuando más nos necesitan. En la adolescencia los problemas se agudizan. Es ahí cuando tenemos que estar aún más presentes”, puntualizó. 

En relación a las problemáticas principales, López, farmacéutico de profesión, explicó que en primer lugar aparece la ansiedad, después la depresión y por último el consumo de sustancias. “De los diez medicamentos de mayor consumo, los dos primeros son psicofármacos, por eso en Misiones hubo una decisión política de crear una cartera para abordar el tema. Una vez que pones la discusión sobre la mesa, a partir de ahí, todo es posible”, indicó. 

En Argentina, se entiende como consumo problemático a “todo consumo que afecta negativamente mediante o sin mediar sustancias”, se consideran también objetos y diferentes patrones de conducta. La ludopatía, por ejemplo, volvió a estar entre las principales consultas y, cada vez, en personas de menor edad. Descontrolados por el uso de dispositivos móviles y plataformas de juego que permiten apuestas ilegales, que sin ningún control lucran a costa de una adicción. El costo es demasiado caro. 

La salud mental y el consumo problemático deben estar en la agenda política y social, y demanda un abordaje integral. Por ello, la Cámara de Representantes decidió que el 2024 sea, entre otras cuestiones, el año de la salud mental. 

En este contexto, se pensaron herramientas para los misioneros. “Estoy convencido que la mejor política es la gestión, lo comprobé cuando hicimos el diseño estratégico del Hogar de Día. No había nada para imitar. Hoy tenemos tres en la provincia en pleno funcionamiento: Posadas, Iguazú y Oberá. Estamos construyendo más y están en el marco de una Ley provincial”, afirmó el funcionario provincial. 

En cuanto a la relación de los consumos con los recursos económicos, el ministro dijo que es fundamental achicar más la brecha de acceso en los tratamientos. Consideró que no hay ninguna relación entre el consumo y la pobreza, y que cada uno consume desde sus posibilidades. “Nosotros atendemos permanentemente a personas sin vulnerabilidad económica”, manifestó.

El análisis es más profundo. Muchas veces quienes sucumben en un consumo problemático pierden todo, incluida la familia y encuentran en las comunidades de fe la contención que precisan. En estos espacios, que no los juzgan y los escuchan, es en donde depositan su confianza. Ven, desde ahí, la posibilidad de un proyecto de vida que alguna vez -o nunca- tuvieron.  

Abordaje biopsicosocioespiritual

Este año, Misiones puso en funcionamiento el Espacio de Primer Escucha 33.3, de contención y orientación a personas y familias que atraviesan situaciones de consumos problemáticos y adicciones. Un equipo interdisciplinario de la Secretaría de Prevención de Adicciones, conformado por voluntarios de diferentes áreas que orientarán y trabajarán en red con la Fundación Reto de Vida

“Como Estado reconocemos a la espiritualidad como parte del proceso de atención integral”, especificó López. El espacio 33.3 surgió como resultado de mediciones que determinaron que las comunidades de fe contienen y ayudan. Además, mucha gente necesita ser escuchada y encuentra en ellos un espacio de confianza porque los reciben y los abrazan sin juzgarlos. “En forma paralela, incluimos en la legislación vigente el reconocimiento de la parte espiritual y trabajamos para que las comunidades de fe entiendan también la importancia de la parte científica”, concluyó.

La situación actual requiere también compromiso social. Especialistas indican que difícilmente alguien que se encuentra en situación de consumo pida ayuda, por eso todos tenemos que trabajar como preventores. Misiones cuenta con más de 70 espacios que trabajan en red y se reconocen, sin importar si son del ámbito público o privado.  

Es importante entender que ya existen internaciones de 7, 14 y 21 días por consumos problemáticos de dispositivos móviles y apuestas online, y que muchas personas se pasan horas encerradas con el teléfono. Los más chicos se encuentran con más y más riesgos y todos están expuestos. 

El desarrollo de políticas públicas serias, basadas en datos certeros, y la amplitud del abordaje son fundamentales para comenzar a trabajar la cuestión. El acceso a los servicios de salud debe ser cada vez más inclusivo y activo. La complejidad que existe detrás de los casos de ludopatía en niños y adolescentes requiere el compromiso de todos los actores posibles. 

Revalorizar los vínculos familiares trabajados desde el amor, la educación, la planificación familiar, la contención, atención e igualdad de oportunidades. Vislumbrar un proyecto de vida y un futuro real y posible. Y allí donde esto no ocurre, trabajar desde el Estado para generar las herramientas sociales que le brinden a todos y a cada uno las mismas posibilidades. 

Poner las discusiones sobre la mesa, desnaturalizar prejuicios, cuestionar y reconstruir costumbres. Desconectarnos y palpar la realidad. Entender el problema de raíz, buscar el porqué y crear soluciones acertadas para frenar y prevenir. Construir una sociedad más compasiva, libre y justa es la única solución viable a esta realidad. 

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