La Comunidad MIT es la primera organización de jóvenes que tienen en común el interés en la tecnología para el desarrollo local. Apuntan a que mujeres se incorporen
En el 2020, durante la pandemia, un grupo de jóvenes misioneros cuya afición pasaba por la tecnología decidieron unirse para conformar la primera comunidad tecnológica misionera. Los objetivos de la Comunidad MIT son acercar a la comunidad eventos y seminarios que sirvan a profesionales para incorporar habilidades digitales, propiciar un espacio para el intercambio entre pares y la elaboración de soluciones informáticas para distintas organizaciones de la sociedad civil que requieran un impulso a través de la construcción de aplicaciones web.En este contexto, en diálogo con El Territorio, se refirió al proyecto una de sus miembros fundadoras, Nataya Flores, quien se desempeña en el área de la salud, la ciencia de datos y la programación: “Nos empezamos a juntar entre diferentes personas de Posadas y el interior de la provincia, que nos gustaba la tecnología, robótica y programación. Nos dimos cuenta de que los eventos de tecnología se hacían más que nada en Córdoba o Buenos Aires, no era tan federal. Y así fue que comenzamos, armando charlas, talleres y juntadas”.A lo que agregó: “Arrancamos sin mucha expectativa y cuando nos dimos cuenta empezamos a tener presencia en redes, hoy somos unas 40 personas que vivimos en Misiones y otros tantos por México y Europa, misioneros desperdigados por el mundo que nos dan una mano desde lo virtual”.Dentro de las labores digitales es muy común la conformación de comunidades virtuales o foros de internet, en los que profesionales aportan soluciones a problemas específicos. Y que también sirven para el debate e intercambio de ideas, además esta práctica se normalizó luego del aislamiento con la imposibilidad de reunirse de manera presencial.El espacio no discrimina por profesión porque se requieren profesionales de diversas áreas para poder enriquecer el intercambio dentro de la comunidad y mejorar el resultado de los proyectos. “Además de programadores tenemos educadores, divulgadores, psicólogos y abogados, entre otras profesiones. Por ejemplo, la abogacía que pareciera que no tiene que ver, es muy importante para la ética profesional al momento de utilizar inteligencia artificial o cripto activos que tienen todo un aspecto legal atrás, para eso existe la abogacía en sistemas”.“Tener una comunidad sirve para hacer networking, es decir, crear una base de contactos y conocer a gente. Por ahí el que está al lado necesita programadores y un equipo para lograr llevar a cabo un proyecto grande. Yo por ejemplo tengo interés en la bioinformática y gracias a ingresar en comunidades virtuales pude conocer muchos proyectos que se están haciendo y participar de algunos”.Según explica Flores, la Comunidad MIT actualmente está en proceso legal de convertirse en una asociación civil dentro de la provincia.Romper la brecha de géneroEl mercado tecnológico y la ciencia -como tantos otros espacios laborales- son lugares en los que las mujeres han ganado terreno a partir de su participación y visualización. En este sentido, otro objetivo de la comunidad es fomentar la participación de las mujeres para superar la brecha de género.“Creo que algo que genera el problema de la cuestión de género es la falta de roles dentro de la industria. Acostumbramos a ver que quienes están detrás de los grandes logros científicos son hombres. Entonces generar estos espacios lo que logra es abrir el juego para que las niños del futuro se animen y no se sientan fuera”, comentó a este medio Constanza Guimaraez.Proyectos como espacio prácticoLos proyectos que realiza la organización sirven a desarrolladores sin experiencia para ganar confianza y experticia en la cadena de producción que supone la creación de aplicativos. A partir de la distribución de tareas los más experimentados pueden aconsejar y enseñar a quienes se inician en la programación, cuáles son las exigencias diarias en el mercado tecnológico en las etapas de producción.La Comunidad MIT tiene como propósito ayudar a organizaciones no gubernamentales a mejorar su presencia digital, proveyéndolas con soluciones tecnológicas. Es el caso de la ONG Refugio, compuesta por rescatistas que se abocan a la tarea de recuperar animales abandonados o que sufren maltrato. En su página oficial, la Comunidad MIT expresa sobre el proyecto que la “aplicación de adopción es una herramienta pensada como una red social de mascotas”, en la que se pueda consultar por mascotas en adopción o “que estén perdidas, búsquedas de hogar transitorio, búsqueda de nodrizas, recolección de donativos y material de consulta con información útil”.Una vez que la propuesta es aceptada y tomada por la comunidad, sus integrantes dividen los roles para conseguir el objetivo trazado. La idea es extender la coparticipación entre sectores y se trabaja para que distintos proyectos de la sociedad civil escalen y logren todo su potencial favorecidos por las ventajas de la virtualidad.Quienes se tengan interés en sumarse a la Comunidad MIT o seguir sus propuestas pueden consultar a las redes sociales de Instagram (@comunidadmit) y Twitter (@ComunidadMIT).
Para agendar
TechWeek2022
La comunidad se encuentra trabajando en un evento internacional en condición de ‘media sponsor’ que se hará de manera virtual entre el 7 y 8 de noviembre. Para registrarse en el evento se puede ingresar al siguiente enlace: bit.ly/3SRAsUI