La enfermedad de Parkinson afecta la capacidad del cerebro para controlar el movimiento, lo que provoca temblores, rigidez muscular, lentitud y cambios en la marcha y el equilibrio.
Según la Agência FAPESP, investigadores de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) y de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) desarrollaron un sensor electroquímico que detecta la enfermedad de Parkinson en diferentes etapas.
Fabricado en una impresora 3D común, el dispositivo puede anticipar el diagnóstico, lo que permite un tratamiento temprano, y aún funciona como modelo para la identificación de otras enfermedades, según un artículo publicado en la revista Sensors and Actuators B: Chemical.
“El sensor indica rápidamente la concentración de la proteína PARK7 / DJ-1 en el plasma sanguíneo humano y el líquido cefalorraquídeo sintético. La molécula está relacionada con la enfermedad de Parkinson”, explica Cristiane Kalinke, becaria postdoctoral del Instituto de Química de la Unicamp (IQ-Unicamp), investigadora visitante de la Universidad Metropolitana de Manchester (Reino Unido) y primera autora del artículo.
“Tiene la ventaja de poder imprimirse en varias formas y tamaños, incluso en miniatura, creando dispositivos realmente portátiles, que requieren una cantidad muy pequeña de muestra”, destaca.
Cómo es el sensor para detectar el parkinson
Para construir el sensor, los investigadores utilizaron un filamento comercial compuesto principalmente de ácido poliláctico (un polímero biodegradable conocido por sus siglas PLA) asociado con un material conductor (grafeno) y otros aditivos.
Tres electrodos fueron impresos en plástico con tecnología 3D y sometidos a un tratamiento químico que los hizo aún más conductores y estimuló en sus superficies la formación de grupos funcionales (carboxílicos), que se unen con los anticuerpos.
El diagnóstico de parkinson en una etapa temprana permite la reducción de los impactos de la enfermedad neurodegenerativa. (Foto: Adobe Stock)
“Difícilmente un paciente acude a una consulta médica en busca de un examen de rutina para detectar el parkinson en una etapa temprana. Cuando hay sospecha, probablemente los síntomas físicos y conductuales ya se manifestaron y la enfermedad ya está bien establecida”, describe Juliano Alves Bonacin, docente del Departamento de Química Inorgánica del Instituto de Química de la Unicamp (IQ-Unicamp) y supervisor del estudio.
“Nuestra idea era construir un dispositivo muy simple y muy económico que permitiera monitorear a lo largo del tiempo y encender una alerta para médicos y pacientes en caso de cambios en los niveles de PARK7 / DJ-1, lo cual es especialmente útil si se analiza junto con otros biomarcadores”.
Según los autores, la plataforma abre puertas para el diagnóstico de otras enfermedades: en el caso de la proteína PARK7 / DJ-1 específicamente, además de los problemas neurológicos, existe una relación con la diabetes tipo 2, la infertilidad y algunos tipos de cáncer. Pero el objetivo es ampliar el uso a otros biomarcadores y, por cierto, Kalinke ya está trabajando en la fabricación de un sensor para el diagnóstico de la fiebre amarilla.