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Hacen fernet misionero con las hierbas que producen en su chacra

Agüiye, con ese nombre bautizó a su chacra la familia Damoriza. Se trata de 25 hectáreas ubicadas en San José, rodeadas de monte verde, árboles y producción basada en la agroecología y con enfoque en la sustentabilidad. Allí, también se construyó un laboratorio -pronto a habilitarse- para potenciar la producción artesanal, entre otros, de fernet.

Ezequiel Damoriza tiene 27 años y se puso al frente de la labor en la chacra junto a su compañera de vida Marisol Barboza (20) y ambos apuntan al trabajo en el suelo con prácticas amables con el medioambiente destacando la regeneración de la tierra y el cuidado de la biodiversidad que les rodea.

De este modo, producen plantines, abonos, aromáticas, frutas y verduras, así como también incursionaron en otros productos como el fernet, que elaboran con 17 hierbas aromáticas de producción propia. Hasta el momento son unos de los pocos en Misiones en elaborar la bebida.

Damoriza, también es técnico en Agroecología y remarcó que “el objetivo principal es preservar la selva, y a su vez regenerar el suelo. Entender los tiempos de la naturaleza y todo lo que nos brinda”.

Agregó que “con la abundancia de las plantas le dan valor agregado realizando subproductos respetando los procesos de elaboración, pero que a su vez, les genere un ingreso”.

Los inicios
Damoriza sostuvo desde un principio que la labor en la chacra tiene que ser en conjunto con la naturaleza. “Trabajar para potenciar todos los recursos naturales”. Luego, contó: “Mi padre junto a su hermana compraron las tierras en el 2003, trabajaron en ellas un tiempo, después estuvo a cargo mi hermana y durante unos años estuvo abandonada hasta que vine yo y le di un foco más agrícola”, explicó el técnico en Agroecología.

Actualmente, los jóvenes cultivan plantas frutales, medicinales y aromáticas, hacen humus de lombriz, mix de tierra abonada con arcilla, y plantines. Damoriza asegura que la creación de otros productos a partir de la materia prima se debió a que “no les parecía rentable la venta de sólo alimentos porque la chacra queda lejos de la ciudad”.

“La base siempre es la agroecología sin utilización de sistema externos, sino de ciclos cerrados. Producimos nuestro propio abono, y en cuanto a las plantas una vez que se establecen en la tierra buscamos su multiplicación”, detalló.

Selva misionera
Se trata de 25 hectáreas de monte y selva virgen con una biodiversidad que sólo Misiones puede ofrecer. Por lo tanto, con el objetivo puesto en cuidar todos estos recursos, Damoriza indicó que sólo trabajan en dos hectáreas para producir sectorizando los lugares de plantación.

Por otro lado, Barboza habló sobre la sectorización de la chacra. “En primera instancia está el multivivero donde están todos los plantines y hacemos todos los esquejes y siembra. Nos regimos por el calendario biodinámico que se basa en el movimiento de la luna y astros que indican en qué momento se debe plantar, trasplantar, podar o demás”, sostuvo.

Luego, detalló el sector de “madres aromáticas que es donde salen las plantas”, también está la parte forestal y la huerta.

Cabe aclarar, que este calendario biodinámico es la evolución del lunario del agricultor y tiene una fuerte conexión con las actividades agrícolas. Los pilares del calendario son los movimientos de la luna alrededor de la tierra.

“Por ejemplo, la luna creciente refiere a los procesos de desarrollo del vegetal y de los organismos que están en auge. Este proceso culmina el día de luna llena, donde los ciclos de apertura y crecimiento se activan en potencia. En el huerto será el momento de sembrar para que la semilla germine con mucha inercia”, explicó, por su parte, el técnico en agroecología.

Entre las variedades de plantas aromáticas que tienen se encuentran romero, ruda, lavanda, menta, orégano, entre otras.

“El consumidor cada vez se interesa más por este tipo de plantas porque tienen muchos beneficios y en cuanto a salud, con un té te puede calmar muchos dolores”, explicó.

A medida que van creciendo las plantas, aseguró Barboza, piensan en que subproducto hacer. “Buscamos en qué se pueden volcar como, por ejemplo, en las tinturas madres y la maceración, se pone la planta en alcohol, se seca y se envasa. Esto lo elaboramos en el laboratorio que está por habilitarse”, sostuvo.

Los jóvenes costearon el laboratorio con el fin de darle un valor agregado a toda su producción y una vez finalizado todos los detalles, quieren registrarlo como una sala de elaboración, para luego registrar también su marca.

“Queremos hacer productos de mejor calidad y abarcar aún más, además de que conozcan toda la labor que hay detrás de lo que creamos y ofrecemos”, remarcó, en tanto, Damoriza.

Productos artesanales
Damoriza explicó que cuando las plantas aromáticas se expandieron abundantemente pensaron en darle un valor agregado a éstas. “Vender verduras frescas en el pueblo no era una posibilidad rentable por la distancia en la que estamos, por ello fuimos más allá y pensamos en otros subproductos que podíamos hacer a partir de la producción. Fue allí que experimentamos el fernet”, detalló.

En la actualidad, Agüiye cuenta con un laboratorio que está pronto a habilitarse y que fue construido con el fin de potenciar aún más los productos artesanales que se realizan en la chacra.

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