Familias TEA piden abordaje desde la salud mental, discapacidad y docencia

En la jornada participaron padres, docentes y personal de salud. Fonoaudiología y neurología son las prestaciones más difíciles de conseguir para los padres.


Ayer se realizó una jornada en el Centro de Convenciones de Posadas para visualizar las problemáticas sobre el trastorno de espectro autista (TEA) en tres ejes: salud mental, discapacidad y docencia. En la charla se hizo hincapié en los procesos de aprendizaje dentro de la neurodivergencia y para ello se contó con la disertación de Julio Pereyra, docente con autismo, quien aportó metodologías creativas de enseñanza.Además, desde las familias que poseen integrantes dentro del espectro plantean una lenta recuperación psicológica luego del aislamiento por Covid-19 y la dificultad de conseguir profesionales en tratamientos interdisciplinarios.Uno de los puntos de mayor importancia dentro del abordaje de personas con TEA tiene que ver con la integración escolar. Debido a la especificidad de la población con la que se trabaja es primordial una correcta formación para realizar el acompañamiento correspondiente, tarea que recae sobre las maestras integradoras.En este sentido, Judith Esquivel, psicopedagoga y docente de apoyo a la integración escolar, comentó a El Territorio sobre la jornada de ayer, «me parece muy positivo el encuentro y necesario que desde adentro de las escuelas, podamos venir y discutir sobre las barreras con las que se encuentran los docentes al momento de enseñar. Porque muchas veces los docentes tienen la predisposición pero no la formación correcta. Es una charla con muchos elementos prácticos, entonces abre la cabeza».A lo que agregó: «La barreras están desde lo institucional, muchas veces desde las autoridades escolares no se abre el juego a las propuestas que brindan los equipos terapéuticos. También hay trabas con los papeles que se deben entregar, el caso del proyecto pedagógico individual (PPI), porque el docente debe cumplir con el cronograma y esto fuerza a los niños que tienen otros tiempos».Al mismo tiempo Esquivel destacó la relevancia de que se agreguen cursos con sumatoria de puntos para los docentes en áreas formativas que apunten a la verdadera inclusión y sean avalados por el Consejo General de Educación. «Sería bueno que se aliente a los docentes con la obtención de puntaje para profesionalizar más la práctica docente en estas áreas».El evento contó con la disertación de Julio Pereyra, docente con TEA que viene trabajando desde hace años en la enseñanza comunitaria e incluso fue galardonado internacionalmente por su proyecto de Caminos de Tiza de escuela ambulante.El profesional transmitió a equipos de integración y docentes distintas herramientas y abordajes para que los puedan implementar de manera complementaria a la escolarización formal. En este caso las metodologías prácticas apuntan a una estimulación temprana de los sujetos neurodivergentes. A través de su propuesta de «didáctica artesanal» el profesor enseñó a colegas a incorporar técnicas de enseñanza para personas con discapacidad sin costos.Necesidades de las familiasEl evento fue organizado por Familias TEA, una fundación que viene trabajando desde hace años en el asesoramiento legal y la contención de personas que tienen hijos con TEA. El espacio funciona como una comunidad de apoyo más que como una organización, al día de hoy cuenta con unas 120 familias aunque se agregan más todas las semanas.Joaquín, padre de un niño con TEA, comentó a este medio sobre los problemas que generó la pandemia en las familias a nivel psicológico y lo valiosas que son las terapias para las personas dentro del espectro, «hoy lo llevo como puedo a las terapias, la verdad que son muy necesarias para mi hijo, le hacen muy bien y es imprescindible para garantizarle la inserción en la sociedad. En cuanto a la salud mental venimos muy complicados luego de la pandemia, le tuve que explicar lo que estaba pasando, aparte él no habla».A lo que agregó: «Entre los profesionales de la salud que son más difíciles de conseguir están los fonoaudiólogos, yo hoy estoy en una lista de espera y no sé cuando voy a ser atendido. Después los neurólogos infantiles hay muy pocos y es imposible conseguir turno, son dos neurólogos para cualquier discapacidad. Y también las maestras integradoras que no están realmente preparadas para poder acompañar todos los días a los chicos».Por último, Jennifer Vargas presidente de Familias TEA, explicó, «las terapias son como la comida que le damos a nuestros hijos. Sin los tratamientos los chicos no están bien, y lo vimos en la pandemia, si ellos no están bien la familia lo sufre. Hay muchos problemas con las prestaciones que se necesitan, sobre todo las que funcionan con reintegros porque devuelven el dinero a seis meses».

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