Asesinato de Fernando Báez Sosa: condenaron a cinco de los rugbiers a perpetua y a los otros tres a 15 años de prisión.

Los fiscales que intervinieron en el juicio a los ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando dijeron sentirse conformes con la sentencia, y adelantaron que apelarán la participación secundaria atribuida a tres de ellos por considerar que fueron “coautores” del crimen, como los otros cinco sentenciados a perpetua.

“Tenemos que leer los fundamentos. En eso se va a fundar el recurso se presentará ante Casación”, aclaró el fiscal Juan Manuel Dávila, que tendrá 7 días para recurrir el fallo. Su colega, Gustavo García destacó que “hay cinco perpetuas” y que “no hubo penas leves”. Mientras que el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, describió las condenas como “muy duras” y aseguró que “se ha hecho Justicia”.

Así termina un caso paradigmático, un hecho que identificó a la sociedad y que se volvió el expediente más seguido por el público general desde el femicidio de Ángeles Rawson en 2014. La síntesis más lúcida al respecto, de por qué este caso atrapó la atención general, fue realizada por el juez David Mancinelli, el encargado de enviar a prisión a los rugbiers, bajo cuya firma estuvo la instrucción de la causa, a cargo de la fiscal Verónica Zamboni e inicialmente el fiscal Walter Mércuri.

“Las bondades de Fernando captaron la atención de la sociedad. Era un hijo cariñoso, un compañero leal, un novio fiel, comprometido con tareas sociales. Silvino y Graciela criaron a un ser humano hermoso. No fue el justo el final que tuvo, no merecía ese martirio. Y la gente vio en Fernando a sus hijos, a sus hermanos. La sociedad ya no tolera la violencia, la prepotencia. Fernando fue abrazado como un símbolo de paz”.

En todo caso, el equipo de defensores de los acusados ya tiene redactada su apelación que presentará en la Cámara de Casación. El destino carcelario de los acusados, por el momento, será la Alcaidía N° 3 de Melchor Romero de La Plata, así lo confirmaron fuente judiciales a este medio.

Cuáles fueron las pruebas contra los ocho imputados

Máximo Thomsen fue, sin dudas, el más comprometido. Además del cruce que tuvo con Báez Sosa dentro de Le Brique, y que le valió la expulsión del boliche, lo complican varios videos en los que se lo ve pateando a Fernando mientras está en el piso. Aparte del material audiovisual, distintos testigos, entre ellos Tomás Bidonde y Lucas Filardi, aseguraron haberlo visto dándole “puntinazos” a la víctima y “pisotones”.

Sin embargo, la prueba más determinante en su contra llegó a través de una pericia scopométrica hecha por la Policía Federal. La misma concluyó que la marca de una pisada en la cara de Fernando se correspondía con el calzado que el rugbier llevaba puesto la madrugada del crimen. “No había posibilidad de error de que fuera de otra zapatilla”, dijo la perito Haydeé Almirón en referencia a las zapatillas Cyclone negras que, además, tenían sangre de la víctima.

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