Una provincia ordenada

En medio de una turbulenta economía nacional, que afecta también a las disputas políticas de las distintas fuerzas nacionales, el misionerismo se enfoca en la gestión cotidiana y el desarrollo autónomo.

El pasado sábado 19 en el tradicional Coloquio de Idea realizado en Mar del Plata, el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger (hoy funcionario de Milei, antes de Macri y De la Rúa) hizo énfasis en el aspecto impositivo ante un nutrido grupo de empresarios: “no me pidan que baje los impuestos, acá lo que hay que hacer es bajar los gastos”. De esta manera, el economista dio por tierra con un histórico caballito de batalla de la oposición misionera.

Juntos por el Cambio, el PRO, la UCR, el puertismo y demás vertientes machacaron durante años por la baja impositiva en la provincia, lo cual impacta de frente con lo que expresado por el gobierno que apoyan fervientemente desde el minuto cero, más cuando en las palabras de Sturzenegger se interpreta un apoyo al modelo misionero.

En el mismo sentido se ubica el equilibrio fiscal, aspecto que Misiones logra hace 20 años, con la gran diferencia que esta administración fiscal positiva no se hizo a costa del ajuste del misionero de a pie. Al contrario, la provincia se caracteriza hace tiempo por su salud de calidad, una educación de vanguardia, infraestructura que prioriza las necesidades de la población, siempre con una orientación austera y con un desendeudamiento que implica también no volver a tomar deuda como en la década del ’90.

En un mundo, país y provincia en que las certezas prácticamente se esfumaron; la Renovación exhibe una coherencia de más de 20 años de gestión ratificada en múltiples ocasiones en las urnas. No solo la ciudadanía reconoce, valora y premia este accionar, distintos actores políticos y militantes se han acercado y lo hacen actualmente a un espacio que promueve la participación siempre que se quiera trabajar por Misiones.

Compañeros, correligionarios, camaradas, libertarios, de derecha, de izquierda. En otras palabras, se logró un Frente multipartidario y pluri ideológico. Característica que contrasta fuertemente con casi todo el país, donde tanto oficialismo como oposición se encuentran inmersos en internas infinitas que producen una fuerte desafección en la ciudadanía, que no encuentra referentes que se aboquen a solucionar sus necesidades cotidianas.

Es de público conocimiento las feroces discusiones internas, y en este caso división, dentro del radicalismo entre el bloque de Manes-Lousteau y quienes responden al cordobés De Loredo. O la guerra fratricida desatada entre CFK-La Cámpora contra Axel Kicillof y no debemos olvidarnos de la disputa dentro del PRO entre quienes responden al ex presidente Macri y quienes siguen a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Es más, en poco más de diez meses de gobierno el oficialismo libertario muestra múltiples defecciones legislativas, así como funcionarios que fueron reemplazados, además de las diferencias entre el presidente Milei y la vicepresidente Villarruel.

Estos casos que hemos repasado brevemente tienen una característica en común: en ningún espacio las diferencias se plantean por mejorar la calidad de la vida de los argentinos, son meros reordenamientos internos de poder.

Por ello, más aún en momentos de crisis, esta última versión del Frente Renovador (el Blend) está enfocada plenamente en la gestión cotidiana, en el reclamo constante de las deudas históricas que todavía mantiene la Nación con Misiones y la autonomía de la provincia que permite, por ejemplo, el impulso y desarrollo de la economía del conocimiento, verdadero bastión de desarrollo autóctono que es presente y futuro para los jóvenes misioneros.

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