Desde el INA observan una recuperación, sobre todo en el Paraná inferior, pero anuncian que la incertidumbre climática en la región provocará bajas o subas repentinas en alturas
La reciente crecida de los ríos que bordean a Misiones trajo algo de alivio, sobre todo en lo que respecta a la cuenca baja del Paraná, que registró una bajante histórica en los últimos años. En este sentido, desde el Instituto Nacional del Agua (INA) señalaron que las alturas de los cauces progresivamente recuperan los números habituales, aunque alertaron que puede registrarse fenómenos de inestabilidad, de bajas o aumentos repentinos, como ocurrió semanas atrás en la tierra colorada, puntualmente en el Iguazú y el Uruguay.Tres años bajo los efectos de La Niña, que reduce significativamente los promedios de lluvias habituales para una región, provocaron una baja de la humedad en los suelos y ante alguna precipitación significativa, la absorción no es rápida y provoca un aumento en la cantidad de metros cúbicos por segundo de caudal, explicaron sobre las consecuencias que deja el fenómeno meteorológico que arrancó en junio de 2019.Como se mencionó, la crecida de los ríos en Misiones repercutió en una recuperación en el Paraná, sobre todo en la zona de Rosario (Santa Fe), que pasó de tener un cauce inferior a uno medio, con valores que no se registraban desde antes del arranque de la bajante histórica.Sin embargo, los pronósticos a corto plazo plantean diferentes escenarios que impactarán en la altura de los ríos. Por un lado, que en Misiones las lluvias tenderán a una normalización y con ello, un eventual estacionamiento en la altura. Por otro, que se afrontará un período de precipitaciones escasas que impactarán en el descenso de los ríos.Por ello, desde el INA advierten que la situación hídrica está lejos de normalizarse y que en medio de este panorama, la inestabilidad de los ríos persistirá un tiempo más.Un fenómeno persistente“La crecida de los ríos que bordean a Misiones responde a un fenómeno de inestabilidad de las precipitaciones y de los suelos que se viene registrando desde junio de 2019, cuando se activó con La Niña. Hubo muchas precipitaciones en el corazón de la Cuenca del Plata con excedentes de lluvias, por lo que los suelos pasaron a saturarse al no poder absorber de manera repentina toda la humedad, hecho que provocó después de varios episodios consecutivos de lluvias los ríos Paraná, Uruguay e Iguazú”, explicó Juan Borus, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del INA.En diálogo con El Territorio, Borus recalcó que las lluvias abundantes y la saturación de los suelos impactaron en la zona, hasta llegar a su punto más alto entre el 12 y 13 de octubre pasado.“Se pasó de un crecimiento repentino a una baja sustancial y ahora, un leve repunte”, comentó.Recordó que el crecimiento repentino no se registraba desde 2014, cuando se produjo un notable aumento de todos los cauces hídricos que rodean a la provincia.“Lo que ocurrió ahora es que hubo un aumento parejo y se dejó de registrar un aumento localizado, como venía ocurriendo anteriormente, por lo que ahora estamos observando una tendencia a la normalización y general”, acotó.“Las lluvias registradas en septiembre y octubre fueron abundantes y alimentaron a los ríos. Ahora hay que esperar y ver si las lluvias se mantienen o no, ya que permitirán mantener el caudal de los ríos para que otras zonas del Paraná o Uruguay se recuperen”, dijo Borus.Es que Misiones, en este sentido, atraviesa una situación hídrica a diferencia de otras regiones del país, donde la falta de lluvias es crítica e impactó en la altura de ríos y arroyos.Sin embargo, “la inestabilidad de los ríos responde a un conjunto de factores, como La Niña, pero también del cambio en los suelos tras las bajantes, ya que la absorción es diferente y el cambio climático, un fenómeno que nos tiene que mantener en alerta”.Luego, Borus agregó: “Tras la crecida, la onda de crecimiento continuó y alcanzó al Paraná inferior. Después de mucho tiempo, por ejemplo en la zona de Rosario, se pasó de aguas bajas a aguas medias y eso tiene muchas connotaciones para el curso fluvial y para las tomas de agua”.Es decir, se avanzó en una recuperación de los niveles después de mucho tiempo, en medio de la bajante histórica del curso de agua.Sin embargo, indicó que “se avizora un cambio de perspectivas, porque si bien desde el Servicio Meteorológico Nacional se anunció que iba a haber lluvias por debajo de lo normal, puede haber una modificación de perspectivas. Se verá cómo será el comportamiento para noviembre y diciembre, si La Niña persiste o si se revierte el panorama”.Notas RelacionadasSe espera estabilización del río para reparar pasarelasLa Niña se aleja a fin de noviembre y llegarían más lluvias en 2023