El misionerismo dio otra firme muestra de carácter político durante la visita de Alberto Fernández en la semana, cuando el gobernador Oscar Herrera Ahuad lo recibió y acompañó cumpliendo todos los protocolos de la institucionalidad que corresponden, en el acto de entrega de casi 600 viviendas en el barrio posadeño de Itaembé Guazú. Pero sin involucrarse ciegamente, como pretendía el Presidente, en la pelea que tiene el Frente de Todos con la Corte Suprema de Justicia y que va más allá de la disputa por el último fallo sobre la coparticipación que benefició a CABA y perjudicó a todo el resto del país.
En esa misma tónica, no pasó desapercibida la ausencia del presidente de la Legislatura Carlos Rovira en el acto, lo cual se leyó como un gesto hacia un presidente desdibujado que no cumplió con nada de lo que le solicitó la Provincia.
Más allá del acto y los mensajes políticos de Alberto pidiendo el acompañamiento de las provincias en su pelea con los jueces, este gobierno nacional tiene el mal antecedente de nunca haber actuado con el federalismo que ahora pretende pregonar. No es creíble. Y para la Renovación, que justamente viene levantando numerosos reclamos de mayor federalismo desde hace varios años, esa falta de coherencia política no mereció ser acompañada. El misionerismo se cuida en mantener su independencia de los dos grandes frentes nacionales.
Casi veinte provincias acataron el llamamiento del Frente de Todos y solo cuatro mantuvieron su criterio. Misiones encabezó al grupo que no se alineó, mostrando temperamento y carácter propio y sosteniendo el antecedente de haber reclamado todo este tiempo por la coparticipación, por la obra del gasoducto, por la compensación ambiental y por las asimetrías comerciales. El incumplimiento a estos reclamos no implica que se deba acompañar el juicio político contra la Corte.
En el medio de un panorama nacional incierto, Misiones sigue avanzando con beneficios concretos para la población, como lo es justamente un paquete de viviendas para 600 familias que se construyeron con empresas misioneras, generando empleo y dinamizando la economía.
Sin descansar en el verano, el gobernador misionero estuvo muy activo, realizando numerosas gestiones y pedidos para resolver otros temas puntuales que interesan a diversos sectores de la economía que generan empleo y riqueza. Por un lado, pidió a la Nación que en todo el país se construyan viviendas de madera, como una manera de utilizar la materia prima que se dejó de exportar por las diversas situaciones macroeconómicas de los países que antes compraban. Y por otro lado, reclamó un dólar diferencial para las economías regionales como tabaco, té, yerba y madera. De esta manera se mejoraría la rentabilidad y competencia para exportar.
Las medidas no dependen de Misiones sino de la decisión del área económica de la Nación, pero generarían un impacto económico muy positivo y un derrame que llegaría a todos los sectores.
Ahora se espera en breve la visita del ministro de Economía Sergio Massa, que está comprometida para enero, si es que la agenda lo permite. Es sabido que tiene numerosas cuestiones que atender, pero siempre cumplió con Misiones y ya anticipó que vendrá para ponerle moño y finiquitar otro de los pedidos pendientes con la Provincia, que es la zona aduanera especial, un régimen que pensado por la renovación para disminuir los impuestos nacionales y generar condiciones de productividad, empleo y exportaciones. Sería un hecho de justicia después de décadas de competir comercialmente con dos países fronterizos.
En ese contexto de concreciones y consolidación del gobierno, hay una creciente identificación cada vez más fuerte de miles de jóvenes misioneros, estudiantes universitarios, emprendedores y profesionales, con una figura que despierta atracción y entusiasmo como es el caso del diplomado en Ciencias de la Economía, Lucas Romero Spinelli. Lo ven como una figura joven con contenido y con mensaje dirigido a la juventud y enfocado en sus intereses, que son: empleo joven y economía del conocimiento.
Mientras Misiones se ocupa de temas trascendentales, concreciones reales para beneficiar a la población y hacer crecer la economía, los grandes frentes nacionales siguen perdidos en su grieta, en su interna y su agenda cada vez más alejada de los intereses de la gente común. Peleas estériles por el poder, por los cargos y por la caja están llevando a la política nacional a tener los niveles más bajos de la historia en consideración de la gente.
Es que ni el gobierno anterior ni el actual se han ocupado de la principal preocupación, que es la inflación. Mucho menos de otros temas como salud, educación, empleo o inseguridad. Sistemáticamente, cada uno de los últimos presidentes, ha ido empeorando el estado económico, la crispación social y la institucionalidad de la Argentina.
En todo ese panorama, Misiones se destaca por el orden, equilibrio y los indicadores sobresalientes en educación, salud pública, seguridad y crecimiento de la economía.
El vacío nacional permitió el crecimiento, cada vez más fuerte y concreto de la figura de Javier Milei, que dejó de ser un emergente para convertirse en un candidato serio a la presidencia y amenazar con romper la hegemonía de los dos grandes frentes. Las últimas encuestas ubican al liberal como potencial ganador en el ballotage en caso de enfrentar al candidato más firme de Juntos, que hoy por hoy es Rodríguez Larreta, el beneficiado por la Corte en el reparto de la coparticipación. Es que los votos peronistas no acompañarían al porteño y se inclinarían mayoritariamente por el liberal, dándole una eventual presidencia.
El jefe de gobierno porteño no ha parado de caer en las encuestas desde que estalló el escándalo de los chat de su principal funcionario, D’Alesandro, con funcionarios de la Corte Suprema de Justicia donde se leyó que dialogaban sobre fallos judiciales que después se materializaron. El país entero fue testigo de los vínculos del larretismo con la Corte, algo que dejó al ex macrista muy mal frente a sus colegas gobernadores de otras provincias.
Pero falta mucho camino por delante y muchas piezas por mover en el tablero de la política nacional. Hoy el Frente de Todos no tiene nadie en carrera, pero no se puede descartar que presente un postulante competitivo.