Su consumo puede complementar la alimentación de los pacientes que padecen esta enfermedad y contribuir al manejo de los síntomas, pero debe hacerse en el marco del tratamiento sugerido por el médico. La cúrcuma es una especia que tiene múltiples propiedades y beneficios para la salud en general debido a que contiene fibra, proteínas, niacina, vitaminas C, E y K, sodio, potasio, calcio, cobre, hierro y magnesio. Su principal compuesto activo es la curcumina, identificada como un antiinflamatorio natural. Por esta razón, es recomendada para trastornos en los que exista inflamación, para el sistema inmune, trastornos menstruales, enfermedad de Crohn, enfermedades del intestino, colon irritable, colitis, artritis, síndrome del túnel carpiano y obesidad, entre otros. “La curcumina reduce la producción de mediadores de la inflamación y los radicales libres, lo que hace que se le atribuyan propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que tendrían efectos beneficiosos en el tratamiento de enfermedades como colesterol alto, artrosis, artritis, enfermedades de la piel, úlceras gástricas o diabetes”, reveló Beatriz Robles, dietista-nutricionista española. Esta especia se emplea en la medicina tradicional china y la medicina ayurvédica como coadyuvante para calmar el dolor y la hinchazón propias de varios trastornos musculoesqueléticos, incluyendo la artritis y la osteoartritis. En una investigación divulgada a través de Journal of Medicinal Food, se indicó que este ingrediente podría usarse como complemento dietético para los trastornos inflamatorios. A su vez, una revisión revelada en BMJ Open Sport & Exercise Medicine detalló que la cúrcuma tiene efectos positivos en la disminución del dolor y la mejora de la función física en personas con artrosis de rodilla.
Si bien su mecanismo de acción sigue siendo materia de investigación, se observó que la curcumina bloquea las citocinas y las enzimas inflamatorias. Así, inhibe la producción de mediadores inflamatorios. La cúrcuma se puede agregar a variados platos, como sopas, guisos y carnes, pero, no hay que pasar por alto que, en algunas personas, esta y otras especias pueden derivar en reacciones alérgicas, por lo cual antes de consumirlas hay que hacer una consulta médica para evitar inconvenientes futuros.
Otras especias antiinflamatorias
“En los pacientes con artritis, una o más articulaciones resultan hinchadas, sensibles y rígidas. Conforme avanza la enfermedad, la inflamación se hace crónica e imposibilita movimientos y actividades cotidianas. En consecuencia, la calidad de vida también se reduce”, dijo María Patricia Pinero Corredor, nutricionista y profesora titular de la Universidad del Zulia.
La especialista señaló que el consumo habitual de especias antiinflamatorias puede dar un valor agregado a los platos, ya que “no solo mejora su sabor, sino que brinda un efecto adicional sobre la regulación de la inflamación” y expresó que un estudio compartido en Journal of Translational Medicine respalda sus propiedades.
El ajo es uno de los recomendados en varias comidas. (Foto: Adobe Stock)
Según esta publicación, la cúrcuma, el clavo de olor, el cilantro, el ajo, el jengibre y la pimienta, entre otras, tienen potencial para influenciar las vías inflamatorias. En general, añadir especias antiinflamatorias en la dieta regular es seguro, ya que suelen emplearse pequeñas cantidades que son bien toleradas. Cuando se consumen en exceso, existe el riesgo de hinchazón y dolor abdominal, gases, reflujo ácido, irritación gástrica y diarrea.
Cuáles son las otras especias con propiedades antiinflamatorias
- Canela. Dos de sus compuestos activos, el cinamaldehído y el ácido cinámico, fueron reconocidos por su efecto antioxidante y antiinflamatorio. En un estudio compartido por Biochemical Pharmacology se informa que el cinamaldehído, en particular, tiene potencial como agente terapéutico contra las enfermedades inflamatorias. Además, a través del Journal of the American College of Nutrition se reconoce su beneficio en enfermedades como la artritis. El estudio concluyó que la suplementación con canela sirve como complemento terapéutico seguro para reducir la inflamación y los síntomas clínicos de pacientes con artritis reumatoide. Esto se debe a que disminuye los niveles de proteína C reactiva en la sangre, uno de los marcadores de inflamación.
- Ajo. Aunque muchos lo consideran una hortaliza, es una de las especias antiinflamatorias más utilizadas en cualquier cocina. Su composición cuenta con disulfuro de dialilo, una sustancia que inhibe los efectos de las citocinas proinflamatorias. Se consume natural y en forma de suplemento para disminuir la hinchazón y la rigidez causada por la artritis. Un estudio divulgado en Journal of Environmental Pathology, Toxicology and Oncology determinó que el disulfuro de dialilo derivado del ajo disminuye la inflamación y previene el deterioro del cartílago.
- Pimienta de cayena. Al igual que otros picantes, concentra unos compuestos activos conocidos como capsaicinoides que, desde hace años, fueron foco de estudio, pues se observó que tienen actividad analgésica, antiinflamatoria y antioxidante. Una investigación divulgada en la revista Molecules detalló que la capsaicina suele emplearse en dosis bajas en formulaciones tópicas para el tratamiento de la artritis. Su aplicación se relaciona con la disminución del dolor y de la sensibilidad articular. En tanto, una revisión en la revista Osteoarthritis and Cartilage concluyó que el uso de una crema tópica con capsaicina puede disminuir el dolor de la osteoartritis de forma tan efectiva como los antiinflamatorios no esteroideos.
- Pimienta negra. Por su particular sabor picante suele emplearse para condimentar una amplia variedad de platos. Lo que muchos no saben es que concentra compuestos activos como la piperina, que tiene efectos antiinflamatorios y antioxidantes en el organismo. En la medicina tradicional se considera un complemento contra los trastornos articulares. Una investigación en European Journal of Pharmacology determinó que el ácido pipérico, una molécula derivada de la piperina, tiene actividad antinociceptiva (proceso de bloquear la detección de un estímulo doloroso o dañino por las neuronas sensoriales) y antiinflamatoria. Entonces, no solo favorece el control de la inflamación, sino que disminuye la intensidad del dolor.
- Clavo de olor. Las investigaciones sobre los efectos de esta especia contra la artritis dieron resultados mixtos. Aun así, hay evidencia que sugiere que el eugenol, uno de sus compuestos activos, tiene propiedades antiinflamatorias que contribuyen a la disminución de los síntomas de este trastorno. Una revisión compartida por Oxidative Medicine and Cellular Longevity habla del potencial clínico del eugenol para el tratamiento de las enfermedades asociadas al estrés oxidativo y a la inflamación. Su asimilación tiene beneficios para la salud y para mejorar la calidad de vida. En un modelo experimental divulgado en Biological and Pharmaceutical Bulletin, se determinó que el eugenol mejora la artritis experimental y podría ser útil como complemento en el tratamiento de la artritis humana.
- Jengibre. Tiene dos compuestos activos llamados gingerol y shogaol, a los que se les atribuye potencial antiinflamatorio. En una revisión compartida por Journal of Medicinal Food se detalló que esta especia comparte propiedades farmacológicas con los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, pero con menos efectos secundarios. Una investigación en la revista Gene determinó que la suplementación con jengibre puede ayudar al tratamiento de la artritis reumatoidea al aumentar la expresión de ciertos genes involucrados en la función inmunitaria.
- Tomillo. Un estudio compartido a través de la revista Complementary Therapies in Medicine reveló que es una de las especias antiinflamatorias más empleadas entre pacientes con artritis reumatoidea. Se valora por sus efectos antioxidantes, antiartríticos y ligeramente analgésicos. Aunque las evidencias son limitadas, sus efectos se atribuyen en gran medida a su contenido de timol, un fenol monoterpénico que fue reconocido por su capacidad para promover la eliminación de radicales libres, reducir la inflamación y calmar el dolor.
- Orégano. Los aceites esenciales del orégano, al igual que componentes como el timol y el ácido rosmarínico fueron reconocidos como antiinflamatorios naturales. A través de la revista Molecules se destacó que esta especia colabora a reducir la inflamación y a combatir los efectos negativos de los radicales libres. Aunque hacen falta otros estudios , sus extractos se asocian a la disminución de los síntomas de la artritis reumatoidea y de otros trastornos autoinmunes. En particular, podría ser útil para disminuir la hinchazón y el dolor.