Sin lugar a dudas esta cuarta revolución industrial, vino a cambiar absolutamente todos los paradigmas jurídicos ,de convivencia social, de educación, de las relaciones laborales, y de nuestras vidas.
La IA está desempeñando un papel cada vez más importante en los gobiernos y en la toma de decisiones( desde optimizar en tránsito en horas pico, hasta detectar fraudes en delitos, analizar datos demográficos, mejorando la eficiencia en la prestación de los servicios públicos.
Ahora bien, ¿qué parte nos toca a nosotros como “humanos “que fuimos los creadores de los algoritmos en este proceso?
Cuál es el camino para que la IA sea un verdadero recurso de innovación y no termine avasallándonos y después formemos “redes de humanos”?
El camino está iniciado y lo cierto es que la Educación y la información es la herramienta más importante de países como Finlandia o Singapur , el Parlamento Europeo, EEUU y China se han puesto a trabajar rápidamente, para ver cómo debemos aggiornar a esta realidad que nos supera como humanos.
Es necesario que desde el estado, desde lo público , lo legal y lo jurídico abordemos este escenario, absolutamente desconocido para todos, (no para limitar ni regular) sino para establecer bases éticas de uso responsable y a favor de la sociedad.
A modo de ejemplo, Facebook tiene en su plataforma aproximadamente 30 millones de personas fallecidas, muertas , con todos sus datos personales, gustos etc. ¿Qué se debe hacer con ello? ¿Son los nuevos cementerios digitales?
WhatsApp, puede con todos los audios grabados y mensajes y el chat GPT, “crear” la misma persona fallecida, con un algoritmo exacto de tus gustos, tu personalidad y todas tus respuestas guardadas en los chats, con quien podrías dialogar, preguntar, y vincularse más allá de su muerte.
¿Deberíamos quizá volver al pensamiento de Harari, sobre la inteligencia? ¿Acaso la inteligencia no es humana? Porque llamamos inteligencia artificial, si es ésta una atribución humana?
Ahí llegamos al dilema ético, para asegurar un uso responsable y en beneficio de toda la sociedad.
Este camino ya ha comenzado. Y está avanzado.
En la Unión Europea y en los Estados Unidos las leyes y las sentencias judiciales establecen límites claros a la utilización en redes y plataformas de datos biométricos, huellas digitales, reconocimiento facial, menores en red , trabajo infantil encubierto etc. sobre todo en los procesos penales y en las medidas de prueba.
Mientras el Mundo se aboca absolutamente a esta cuestión, en el Mercosur, Brasil también está estableciendo regulaciones y normas al respecto al igual que Uruguay.
Argentina está muy avanzada en materia judicial y de sentencias realmente ejemplificadoras, no así desde lo legal, donde nos seguimos rigiendo por la ley Ley 25326 del año 2000. (23 años) y no aparece como importante en la agenda legislativa nacional.
La provincia de Misiones , una de las más adelantadas en innovación, creatividad y nuevas formas de aprender, tiene la posibilidad hoy de ser la primera provincia argentina en establecer derechos humanos digitales.
Quizás desde la experiencia local podamos poner en la mesa de discusión y el aprendizaje sobre el uso ético de la IA, que no es otra cosa que abordar marcos sólidos para toda la sociedad y promover su uso responsable y también la protección a nuestros derechos.