El analista Alejandro Pegoraro, director de la consultora Politikon Chaco, retrató con datos objetivos el gran crecimiento experimentado por la provincia durante el periodo 2019-2022. El repaso consiste en el desempeño de un amplio conjunto de variables marcadas por una sólida estrategia del Gobierno con su sistema binario de cuidar la salud y la economía de los misioneros.
Para el análisis de la economía argentina reciente, la de los últimos seis o siete años, hay un antes y después en la evaluación de desempeños de los principales indicadores: pre pandemia y post pandemia. En el plano nacional algunas variables de la macro muestran un escenario post pandémico peor a la de los últimos años que incluyó recesión; otras, vinculadas al mercado de trabajo y a ciertos indicadores de la demanda, muestran mejoras. Pero el análisis global dista de ser, objetivamente, positivo.
En el plano distrital, las provincias han sido las principales protagonistas de la recuperación y muchas, incluso, comenzaron a transitar el camino del crecimiento. Cada una, con sus particularidades y sus limitaciones, logró hacer frente a una caída histórica provocada por el coronavirus que las obligó a elegir entre salud o economía. Misiones, por el contrario, a partir de la consolidación de un sistema sanitario que es política de Estado, sorprendió a propios y extraños en la administración de la pandemia a punto tal de que esa dicotomía (salud-economía) no existió como en otras jurisdicciones. Por ello, el sistema sanitario público misionero permitió el despegue de la economía provincial y el crecimiento casi inédito que tuvo la provincia desde 2020. La realidad económica provincial de la actualidad está respaldada, en buena parte, en lo que logró ese sistema de salud.
Si se observa el 2022 vs. 2019 hay algunos elementos en común: un Gobierno nacional con desequilibrios fuertes en la macro que impactan en las provincias; asimetrías muy marcadas en la administración de fondos nacionales hacia la provincia; y, un gobierno local provincialista que tomó medidas para paliar las diferentes crisis. La diferencia clave, quizás, es que en 2019 había crisis y recesión en evolución, mientras que a la salida del 2020 se logró dejar atrás la recesión a nivel país y se creció, pero como Sísifo, arrastrando una piedra que tiraba abajo los avances logrados.
La otra diferencia fundamental es que Misiones, por el contrario a la gran mayoría de otras provincias, mostró igual comportamiento en ambas crisis: la provincia primero; la disputa política después. Es el modelo de gestión local.
Veamos las diferencias en la economía misionera actual vs. el año 2019. En primer lugar, lo que permite todo: el crecimiento del producto. El Valor Agregado Bruto (VAB) de Misiones, medido por la CEPAL y el Ministerio de Economía de la Nación para el año 2021, exhibe un incremento del 11,8% en ese año contra 2020, un resultado naturalmente afectado por la caída de la actividad producto de la pandemia y la recuperación dada tras ese estallido sanitario. Pese a que se descontaba tener una suba del producto en 2021 justamente por la baja base comparativa y la recuperación de la mayor parte de las actividades económicas, el crecimiento misionero fue el mayor en la región (tuvo un alza del 8,9% consolidado) e incluso se ubicó por encima del nivel país (10%). Pero más importante aún, en relación con el año 2019, Misiones exhibe la mayor suba del producto en el NEA y en el Norte Grande. En el plano nacional, se ubicó como la provincia con la segunda mayor suba del país, solo superada por Neuquén que basó su crecimiento en la explotación de Vaca Muerta y los servicios conexos a ésta.
En este marco, la Industria Manufacturera consolidó su liderazgo como la actividad de mayor participación en el producto provincial. Al 2021 representó el 26,2% del total, incrementándose respecto al 24,7% que había mostrado en 2019, siendo la provincia del NEA con el mayor volumen de actividad industrial. El Comercio fortaleció también su posición como la segunda actividad con mayor participación en el producto misionero, pasando del 12,5% al 13,3% del mismo.
En relación con el comercio, el cierre de fronteras en 2020 inició un proceso expansivo del consumo en Misiones, acompañado por la mejora en los salarios que volcó un importante volumen de pesos al mercado interno. A la par, la ratificación y ampliación de programas provinciales como los Ahora permitieron expandir el consumo aún en contextos como los actuales de super inflación.
Respecto a las Ventas en Supermercados, pese a los desequilibrios de la macro nacional a partir de un proceso inflacionario que erosionó el poder de compra en gran parte del territorio nacional, las ventas en Supermercados en Misiones culminaron el 2022 con un nuevo año de expansión y exhibiendo, en moneda constante, una suba del 7,7% respecto a 2019, crecimiento que se ubica por encima a la suba del NEA (3,6%) y del total país (3,9%). En términos de volumen, Misiones es la provincia con mayor facturación de la región en este indicador, concentrando el 33,5% en 2022, un valor superior al registrado en 2019 (32,2%).
Concluyendo este apartado: en todos los indicadores de la demanda, Misiones mostró un mejor desempeño comparado con el NEA y el país en la comparativa 2019-2022.