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Dólar e inflación: el tipo de cambio oficial pierde relevancia como variable para fijar los precios

La suba de los productos importados se independizó totalmente de la evolución del dólar, superando ampliamente la suba de la divisa en los últimos 18 meses. Esto significa que los importadores se guían por otras variables para fijar sus precios, pero que ya poco tiene que ver con el tipo de cambio.

Un informe elaborado por IERAL, de la Fundación Mediterránea, puso el foco en la evolución de los bienes importados, de acuerdo a la información que surge del índice de inflación mayorista. Allí se mide la evolución de bienes importados que participan en el proceso productivo.

Según este relevamiento, en los últimos 18 meses el precio de los productos importados aumentó 227%, mientras que el tipo de cambio oficial subió 144% y el “contado con liquidación” lo hizo 135%. “El tipo de cambio implícito de los productos importados sería entonces de $320, una brecha de 20,3% sobre el tipo de cambio oficial”, indica el trabajo.

“El encarecimiento de los precios de productos importados -agrega el IERAL- medido en el Índice de Precios Mayoristas parece responder más a un ‘cepo’ cada vez más restrictivo para las importaciones que a la trayectoria del dólar libre, poniendo el foco en lo ocurrido desde principios de 2022″.

El dato no es menor teniendo en cuenta que el Gobierno acaba de anunciar un impuesto de 7,5% sobre un conjunto amplio de bienes importados. Se supone que esta medida tendrá un impacto bastante inmediato sobre los precios de los mismos, ya que las empresas buscarán trasladarlo directamente al público.

Sin embargo, la trayectoria de este último año y medio revela que los precios incluso sobrerreaccionan a los movimientos cambiarios. No sería extraño que suceda lo mismo en este caso, es decir que las remarcaciones incluso terminen superando este ajuste impositivo que al mismo tiempo esconde la necesidad de sincerar un tipo de cambio oficial cada vez más atrasado.

Semejante suba de los precios importados, por lo tanto, ya casi ni toma como referencia el dólar oficial. Cualquier intento del Gobierno por seguir atrasando el tipo de cambio sería muy poco relevante para mantener la inflación a raya. Sin embargo, pesan mucho más otros factores, por ejemplo el aumento de la brecha cambiaria y en general el alto nivel de proteccionismo. Esto permite fijar precios mucho más elevados que en un entorno de mayor competencia.

Incluso es notorio como el aumento de los precios de productos importados se dispara mucho más de la evolución de los dólares oficial y financiero a partir de fines del 2022. La suba se vuelve mucho más rápida incluso en los primeros meses de 2023, coincidiendo con una aceleración en los niveles de inflación general.

El mercado cambiario se movió ayer con algo más de tranquilidad, luego de la disparada que tuvo el dólar libre el lunes, cuando tocó un pico de $552. Sin embargo, ayer se derrumbó más de 3% y finalizó a $536, achicando la brecha cambiaria a poco menos del 100%.

Por ahora continúa la incertidumbre sobre cómo se hará frente al pago del vencimiento de USD 3.200 millones con el FMI a fin de mes, ya que el directorio del organismo recién aprobaría un desembolso a favor de la Argentina en la última parte de agosto.

Esto debilitaría aún más en el corto plazo la exigua situación de las reservas netas, cuyo nivel ya es negativo en más de 6.000 millones. Enfrentar este pago con dólares o yuanes aumentaría el rojo en casi USD 10.000 millones.

La endeble situación del Central junto a la necesidad de mayor emisión monetaria continuará ejerciendo presión no solo sobre los dólares financieros, sino también sobre los ya altos niveles de inflación. Las proyecciones indican que en julio el índice rebotaría parcialmente luego del 6% registrado el mes pasado

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