Los desmedidos aumentos impactan en el bolsillo de la gente día a día. Vecinos de Posadas sienten las medidas económicas del presidente Milei y su ministro de Economía Luis Caputo. La búsqueda de precios por sobre las primeras marcas se volvió un hábito para las compras.
La disparada de precios en supermercados, carnicerías y verdulerías se siente en cada rincón del país. Vecinos de la capital misionera mencionan que debieron ajustar sus gastos en productos básicos para poder realizar las compras. Este jueves, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicará el primer informe inflacionario del nuevo Gobierno Nacional.
Desde la asunción de Javier Milei a la presidencia y las medidas de ajuste económico y financiero que anunció su ministro de Economía, Luis Caputo días más tarde, el país entero se vio sumergido en una búsqueda comparativa de precios en los distintos comercios.
Ajuste al bolsillo por las medidas de Caputo
El primero de los incrementos se dio en los combustibles -en un mes se produjeron dos-, que trajo consigo el incremento de precios en cada producto que podemos observar en las góndolas de los supermercados y comercios de cercanía. Por el efecto Caputo, alimentos y bebidas incrementaron en promedio un 40% desde el diez de diciembre.
En base a ese contexto, en dialogó con algunos vecinos de la ciudad a la salida de un reconocido supermercado capitalino. “Es un desastre, no vamos a comer más los pobres”, comentó una jubilada. La mujer agregó que por los aumentos en las tarifas de luz, tras la quita de subsidios “las personas tenemos que priorizar esos pagos y después ver cómo hacemos para comer”.
Por otro lado, una joven mencionó que “hace un mes podía hacer una compra mucho más grande. Hoy hice compras por 20 mil pesos y no llego a llenar dos bolsas”. Comentó también que “antes podía hacer la compra del mes y ahora solo alcanza para una compra semanal y después a ver como seguir”.
“Todos los días tenemos que recortar un poco algunos gastos”, señaló un hombre consultado en la puerta de un supermercado local. Y explicó que “lo que antes comprabas por una cantidad hoy no llega ni a la mitad. No sé a dónde vamos a llegar”.
“Salir a comer se volvió un lujo. Ahora pagamos los servicios, con lo que queda tratamos de comprar la mercadería suficiente y esperamos que no surja ningún gasto extra”, comentó otra vecina de la ciudad.
El ajuste lo está pagando la gente y lo hace de manera constante. Los incrementos de precios son más que evidentes y golpean al bolsillo de cada familia argentina. Incrementos en alimentos y bebidas, sumados al combustible, servicios básicos -agua, energía eléctrica y gas- son solo algunos de los “esfuerzos” que realiza la población.