El presidente brasileño, Lula da Silva, pidió al Congreso declarar estado de calamidad en Rio Grande do Sul luego de las fuertes lluvias que han dejado al menos 90 muertos y más de 130 desaparecidos, generando una situación crítica.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó sobre la “tragedia climática” en la región sur del país. Las inundaciones han cobrado la vida de al menos 90 personas y dejado 132 desaparecidos, hasta el momento, además de graves daños materiales. En una entrevista en la red pública EBC, Lula advirtió que la situación aún no ha terminado, ya que el agua se desplaza a otros lugares, aumentando la gravedad de la emergencia.
Lula expresó solidaridad con el pueblo gaúcho y compromiso de ayuda a Rio Grande do Sul. Instó a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial para que trabajen juntos con el fin de agilizar la ayuda. Además, hizo un llamado para evitar las noticias falsas. En especial, pidió enfocarse en las acciones humanitarias y de solidaridad en medio de esta tragedia.
Lula calificó la situación de Rio Grande do Sul de “muy delicada”. Expresó de nuevo su solidaridad al pueblo gaucho, que “no se esperaba tanto sufrimiento en tan poco tiempo”. “Estamos 100 % comprometidos con la ayuda a Rio Grande do Sul. Brasil debe mucho a Rio Grande do Sul”, una región con un potente sector agropecuario. “No faltarán recursos para atender sus necesidades”, prometió el líder progresista.
“Quiero garantizarles que el Gobierno federal hará todo lo posible para recuperar a Rio Grande do Sul. Porque Brasil necesita a Rio Grande do Sul. No faltará empeño por nuestra parte”, insistió. Justamente, el presidente solicitó al Congreso la declaración de calamidad pública en Rio Grande do Sul. Esto autorizaría un gasto gubernamental adicional sin restricciones fiscales.
La declaración de calamidad respondería a que se prevén más lluvias en la región, lo que podría empeorar la situación, mientras las empresas y servicios esenciales enfrentan dificultades debido a la devastación provocada por las inundaciones.
Autoridades responden a las inundaciones
Las lluvias torrenciales en Rio Grande do Sul han afectado profundamente al estado, con 90 fallecidos, 132 desaparecidos y alrededor de 1,4 millones de personas afectadas según la Defensa Civil. Las autoridades trabajan para rescatar a los aislados y proporcionar energía y agua a la población, mientras liberan recursos para ayuda humanitaria, albergues y asistencia a las víctimas.
Además, el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, ha señalado la posibilidad de un aumento sustancial en el número de víctimas a medida que los equipos de rescate accedan a más áreas afectadas. La magnitud de los daños en infraestructura, empresas y servicios esenciales refleja una situación de emergencia que demanda una respuesta coordinada y efectiva de las autoridades y la sociedad en su conjunto.
Por su parte, la ministra de Planificación, Simone Tebet afirmó que “aún no tenemos una estimación de lo que será necesario”. “Sólo cuando el agua retroceda veremos la inmensa magnitud de los daños en el estado”, añadió.
Desde las ciudades afectadas, gran parte de la afectados señalaron que es la primera vez que se observa una destrucción de esta escala causada por las lluvias, que son comunes cada año en esta parte de Brasil.
La situación meteorológica y económica frente a la calamidad
El pronóstico meteorológico tampoco es alentador. Se esperan más lluvias en Rio Grande do Sul con un retorno de precipitaciones más moderadas esta semana, aumentando nuevamente entre el 10 y el 15 de mayo. Los escenarios climáticos no son favorables a corto y mediano plazo, lo que prolongará las condiciones severas en algunas áreas.
También, la devastación ha afectado gravemente a las empresas en la región. El grupo de presión de los frigoríficos, ABPA, informó que 10 plantas de procesamiento de carne de cerdo y aves han quedado paralizadas total o parcialmente. Además, el regulador petrolero ANP redujo temporalmente los mandatos de mezcla de biocombustibles debido a la interrupción del suministro local de etanol y biodiesel.
El Aeropuerto Internacional Salgado Filho en Porto Alegre ha suspendido sus operaciones indefinidamente, reflejando el impacto generalizado en las conexiones y el transporte en la región.